Venezuela 2017
Nuestros muchachos presos
¡Sin juicios!
y también nuestras esposas y novias y madres
¡Encarceladas!
y padres y hermanos y tíos
¡Encerrados!
Primos y sobrinos arrestados y
¡Sin derechos!
Nuestra familia toda
¡Prisionera!
de la crueldad de los uniformes,
que divorciados de la doctrina y los derechos
se colocan al servicio de la impostura y la mentira
en esta hora de la historia.
Nuestra familia detenida por la fuerza de las armas
no son un número de cinco o seis cifras,
pares o impares, racionales, o enteros.
Nuestra familia arrestada y en galera
no es una estadística fría de la violencia,
ni la oscura contabilidad de la guerra,
mucho menos un esquema matemático.
Son los rehenes de la cobardía.
Nuestro dolor sin olvido
y con todo, es también y además
la operación de ocupación
de una Cuba miserable que nos invade y
para multiplicar el oprobio,
para restar voluntades,
para quebrar nuestro espíritu,
decidió para vencernos
empujarnos al abismo del miedo
como hace con su propio pueblo
desde hace cincuenta años.
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