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Mostrando las entradas de enero, 2021

Cada amanecer un tributo

Despierto en ese momento incierto en que está a punto de definirse el día, la frontera es de brumas y también de nieblas que se disipan morosas, la mañana arrima a la penumbra con temor, con delicado candor y el espeso velo pierde fuerzas. Las sombras de la noche se diluyen sin oponer resistencia y se entregan a la inevitable luz de la mañana. La noche se deja envolver con el soplo de una brisa suave y cálida que difumina con esperanzas la opaca oscuridad. En ese momento cierro los ojos y me entrego al silencio, es un silencio precario, que se balancea en el falso equilibrio de innumerables peligros. Hago un esfuerzo mayor para hundirme en el silencio, pero un tropel de pensamientos convertidos en sonoros cascos de caballos desbocados, atacan los flancos de mi frágil silencio apenas conseguido.  Con suma dificultad aparto el escandaloso tumulto de las ideas y en el fugaz silencio impongo tu imagen desnuda. Me hundo en ese  silencio que aún no llega a ser absoluto y contemplo satisfecho

Condiciones especiales

  Bajo un techo ajeno y tirado en un lecho de sábanas sucias, da dolor ver convertido en pellejo y huesos a quien antes gastaba las horas en el gimnasio sobre máquinas de multifuerza y mantenía los músculos de su cuerpo definidos con el rigor de repeticiones innumerables. Da pena encontrarlo en ese estado lamentable de abandono, envuelto en el denso humo azul de un cigarrillo impenitente colgado de sus labios. Al verlo, recordé un cuento que Julio Cortázar tituló Acefalía y me quedé mudo, temí  que mis palabras sonaran huecas, vacías, gastadas, como en el cuento de Cortazar. Prácticamente, mi amigo de siempre había perdido la cabeza. Me quedé pegado en el piso bajo el marco de la puerta de su habitación, no pude esconder el asombro pero mantuve silencio. Al verme, me reconoció enseguida. No hizo ningún movimiento, ni siquiera un intento vano de levantarse y siguió con la mirada perdida persiguiendo un recuerdo, pero adivinó en mi rostro desesperado, en mi terco silencio,  la pregunta q

Calles

  Recorro las calles a deshoras hipnotizado por destellos de neón, apresuro los pasos en aquella esquina en donde revientan sirenas, gritos y carreras. Esta oscura herida encierra fugaces y desconocidas posibilidades. Amanece y sorprende una vez más el día con un río de piedras lavadas  ¡Desbordado!

Los imprevistos, o esas señales indiscutibles

  El fin de semana nosotros planeamos visitar la cueva de Marengo. Una vez al mes nuestro presupuesto nos permite salir fuera de Indianápolis y descubrir junto a la familia algún lugar interesante cerca de la ciudad. Es una forma de animar a nuestros hijos a la aventura y  alimentar en ellos el placer de viajar. Conocer lugares distintos y distantes de la comodidad de la casa ayuda a ampliar los horizontes, se obtiene un conocimiento que no enseñan en la escuela y crece la fuerza del espíritu.  Cuando planeamos una excursión mi esposa investiga y se informa sobre el lugar que visitaremos, ella sabe de antemano cuales son las mejores rutas a tomar, las más seguras, o las más cortas,  en donde están las estaciones de gasolina, los restaurantes, los hoteles, los hospitales y clínicas asociadas a nuestro plan de seguro, otras posibles atracciones que podemos ver o disfrutar, el costo, las horas de atención al público, el tiempo y la temperatura que nos espera. Conoce la historia del lugar

El dicionario, o un amigo maravilloso

  Hay calles que hemos convertido en iconos y otras en símbolos. Alguna vez al recorrer esos rumbos nos queda una borrosa visión de  nuestros pasos efímeros, el tiempo se encarga de transformar más tarde las circunstancias vividas en esas calles y nuestra memoria mágica las convierte en referencias. El recuerdo es diferente a la realidad, apunta solo unos destellos de lo vivido y logra desdibujar la realidad hasta convertirla en una evocación tan real y extraordinaria, que se torna la sombra de las destrezas y las convierte en costumbres.Y son esos recuerdos transfigurados con el paso del tiempo los que hacen que cada calle tengan un significado único. La calle es una alusión permanente de lo que en ellas vivimos y los recuerdos nos trasladan a un pasado sin fronteras, a un instante que ha marcado nuestra existencia y es parte importante de nuestra vida. Hay esquinas asombrosas, callejuelas fantásticas, pasajes, que suelen pasar  desapercibidos y ocultan entre sombras y recovecos sus s

El pensamiento se desvanece

  El pensamiento se desvanece antes de concluirlo. ¡Es imposible sostenerlo! La dictadura de innumerables carencias obliga la dignidad del silencio. Otra forma de resistencia.

Enero 23

  Hoy 23 de enero conmemoramos la victoria contra una dictadura. Y nos mantenemos en resistencia y combate abierto contra otro nuevo autócrata, que desde hace 20 años secuestró al país y lo convirtió en pieza de ajedrez de enfrentamientos  globales. En el 2017 publiqué este texto que repito en esta ventana abierta.    El Chino Valera Mora escribió -Amanecí de bala- cuarenta y seis años tarde y con retraso escribo el negativo, el opuesto, un contrario, otro discurso  distinto que me rebela la palabra amanecí. Cada derrota me condujo a esta mañana en la que yo, no “amanecí de bala” y en cambio, amanecí herido  y me entrego vencido a esconderle el desánimo a mis hijos. Yo amanecí de silencios lastimado rodeado de muertos y de ausencias cercado, amenazado por los vivos. Amanecí acuchillado de noticias de sucesos contradictorios de malas, de pésimas noticias, de informes perversos. Sin posibles ni oportunas salidas a la vista, gravemente herido de pesimismo, negadas las entradas con falsos

Las peripecias de Luis Soto

  La semana pasada visité a mi amigo Luis Soto, cuando llegué a su casa mi amigo me recibió en un estado lamentable, Luis estaba triste y absolutamente deprimido, yo no podía reconocerlo, lucía grandes ojeras que ensombrecen aún más su mirada apagada y distante, con algunos días sin afeitar su aspecto era de abandono total. Me sorprendió mirar a mi alrededor, tiradas sobre el piso de la sala y en completo desorden, como si se tratara de una alfombra arrugada, una impresionante cantidad de bolsas tapizaban el piso, todas provenían de un solo negocio, las identificaba el logo de la tienda por departamentos más grande de la ciudad. Los productos nuevos, sin estrenar, todavía empaquetados,  asomaban por la boca abierta de las bolsas junto con las respectivas facturas y los tramposos cupones de ofertas. Luis y yo somos minimalistas, desde hace mucho tiempo descubrimos que no necesitamos mucho para vivir, creemos en la simplicidad y en la sencillez como forma de vida, mantenemos un comportam