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Mostrando las entradas de 2013

Premonición

Soñó que soñaba que un hombre la sueña. Al despertar del sueño, sobresaltada y con miedo, sabe con certeza, sin ninguna duda, que hoy morirá.  Recién ha cumplido los veinticinco años. Tarde reconoce, que ha pospuesto vivir bajo el rigor que imprimen los caprichos del corazón, en cambio, ha cumplido con tenacidad los deberes que se ha impuesto al transitar un camino que ella misma ha trazado y que la ha llevado a lograr éxitos impensados para una mujer. Está orgullosa de su decisión. Las  señales vistas en el sueño son de extraordinaria claridad, está convencida que las imágenes del sueño son una premonición de su muerte irremediable, no tiene alternativa, ningún resquicio por donde escapar de su destino, ni siquiera puede huir de este día, tampoco puede ignorar el anuncio de la hora prevista. Completamente segura de su muerte, sabe que no está preparada para esta contingencia, para enfrentar este evento que adolece de reglas y fórmulas, de esos elementales principios que ella tiene por

24 junio 2013

Tú que todo lo tienes Tú que todo lo das San Juan: Abre las puertas de lo inédito alumbra las sombras déjanos  traspasar el umbral de lo desconocido hasta el inicio de las palabras, no nos abandones en esta hora nefasta, ahuyenta el prólogo, sus fantasías, fantasmas y engaños; intercede como aquel 24 en Carabobo para vencer a estos nuevos invasores, extranjeros vestidos de corderos. Permítenos recuperar las voces perdidas, el lenguaje de la libertad, derrotar la mentira, recuperar la democracia que manos perversas, ilegítimas, ajenas, nos arrebataron. Despeja los caminos a los hombres de buena voluntad y  ayúdanos a regresar por nuestros propios pies a cantarte a celebrarte.

Carta a un amigo

La carta va dirigida expresamente a un amigo, pero se escribió deliberadamente para innumerables destinatarios, esta circunstancia me obliga a publicarla abiertamente, con la esperanza que lectores ocasionales puedan encontrarse en alguna línea.    Carta a un amigo Mí querido Doctor: reciba un abrazo desde los cultivos de uvas, desde las cepas. Un abrazo desde el otoño austral, uno de tantos abrazos en el exilio para huir de la violencia, excusa perfecta para el éxodo, pretexto ideal para escapar, una máscara para esta fuga geográfica. Un abrazo Doctor: desde esta columna vertebral desdibujada al final del continente, que alguna vez estuvo fracturada por la violencia y al igual que en nuestra maltratada geografía, abrió abismos en los corazones, convirtió las familias en despeñaderos, dividió los apellidos, levantó una sombra de miedo y silencio, enfrentó a la verdad franca y sencilla contra los vericuetos, los laberintos de la mentira y se convirtió en tatuaje indeleble, que aún perdu

Un 3 de Junio

Yo navegué en los mares occidentales. Timonel de  navío sin brújula. Estuve a punto de zozobrar, de hundirme, perderme en la profunda herida de la violencia, en una tormenta de confusiones con vientos a sotavento. Me gasté los ojos en busca  de señales. En ciertas noches sin estrellas una ráfaga de luz abría la fisura a caminos sin fronteras y rogué a los vientos me llevaran a ese puerto desconocido. Con el sol hundiéndose en las olas creí ver una mujer desnuda, rosa sin espinas a medio abrir se mecía sobre campos de trigo en los últimos destellos de la tarde. Levanté una vela en el mástil mayor con los jirones de una vieja bandera de siete estrellas y soplé el lenguaje firme y paciente de promesas y juramentos. Con restos de sal entre las uñas, la piel tatuada por el sol un mes de julio, ante mi asombro se levantó sobre cuatro escalones un faro surgido entre la niebla de lagunas y montes claros, dos columnas perfectas l

Esther

El tiempo inició el trabajo de urdir su fina trama sobre la piedra del olvido. A crear sin plazo distancia, a borrar huellas en las arenas de la memoria. En un descuido, profundas  brechas, heridas, dejan un surco sobre la piel, un trazo que finalmente se confunde con otras tantas marcas inevitables. Hemos logrado en estos días apenas sustituir la ausencia con obligatorios  y perentorios actos domésticos diarios. Y aun estás presente entre nosotros: recordamos  gestos, actitudes, fechas; pensamos en las palabras que dijimos y también, mucho, en aquellas que callamos. Imaginamos todavía futuros posibles. Tu último acto público un extraordinario esfuerzo de ejemplo ciudadano. Educadora siempre, a toda hora, hasta en domingo con la firmeza del ejemplo. Esther: Maestra de lo cotidiano. Profesora de artes sublimes. Guía entre sombras y arcanos de futuros inciertos. Consejera en la turbulenta lucha de pasiones.