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Mostrando las entradas de febrero, 2011

Tu huella de dientes blancos

Tu huella de dientes blancos en la noche sin estrellas aquella cuando perdí los gatos equivoqué el camino y se batieron alas en un cielo dormido.

La Muela

Muele la muela muele con mucho dolor que muele debajo de la encía A la bendita muela tomaste fotografía y tu hermanita que la veía asombrada decía que la muela de lado crecía Muele la muela muele con mucho dolor que muele debajo de la encía Alarmada saliste al doctor te fuiste al medico corriste a papá le dijiste Muele la muela muele con mucho dolor que muele debajo de la encía La muela de la cordura del juicio que si perdura tiene que ser muy dura como una cabalgadura Muele la muela muele con mucho dolor que muele debajo de la encía.

Vive tu instante viajera

El mundo se detuvo un instante cuando resonó detrás del teléfono, desde ciudades viejas, desde otras historias, tu voz con horas cambiadas, tu voz que me nombra. Se congeló la sangra en las venas, el corazón perdió su ritmo de tambor y a punto de reventar el pecho se repite la asfixia, el ahogo que me ataca, apenas apareces en mi camino. Se atropellan las palabras de tal manera entre los dientes, se enreda la lengua y el pensamiento de tal forma, que por instantes pierdo el sentido y solo atino a decir nos vemos. Luego el silencio sin calma. Cada paso que doy te busca a sabiendas de no encontrarte, la ciudad entera pronuncia tu nombre y no puedo dejar de pensarte, pero no te ocupes de mí, recuerda la consigna que acordamos: vive tu instante viajera.

El tiempo marca

El tiempo marca el camino inevitable al abismo insondable de los olvidos.

Plaza Tahrir

A lo lejos, mas allá de los océanos que conozco suenan disparos, huesos quebrados. Vive la muerte en las calles. En la plaza Tahrir converge una voz unánime por encima de los credos, se levantan gritos y banderas y coraje. Se repite en febrero la historia en defensa de la defensa. Vuelven los ojos del mundo asombrados a asombrarse.

Cata al Viento

Recibe esta carta desde más allá del más nunca, desde el confín del mundo, desde un punto perdido en el sur del continente. Hace seis años nos cruzamos y se me torció el destino, vestías sandalias, blue jeans y camisa blanca, yo regaba un jardín ajeno y en tus labios rosados llenos de promesas, con voz dulce y grave, como el sonido del viento cuando pasa por los arenales del desierto de Temuco cambiando la geografía, se asomaron tímidas las palabras “buenas tardes”. En tus ojos el brillo de un sueño, la luz inconfundible de la pasión por los libros; en esa hora el sol se ocultaba entre montañas, el cielo reventaba de colores, naranjas, ocres, rojos y dos nubes de formas caprichosas filtraban rayos dorados y púrpuras. Dejé la manguera y te seguí; ya no tuve ojos más que para ti, desde ese momento te pienso con insistencia, he querido una y mil veces hablarte, pero solamente pensarlo me paraliza de miedo, se me seca la boca, no puedo articular palabra, siento remolinos en el estómago, co

Aparece

Aparece de una vez en este cielo Y colorea la mañana de naranja y rojo. Derrite este viernes, hazlo de acero líquido para el recuerdo de mi mala memoria Derrite estas calles, enceguece estos ojos ya vacíos de ver pasar el dolor con pasos ajenos ya vencidos sin remedio.

Arebatados se disparan los relojes

Arrebatados se disparan los relojes marcan acompasados y exactos tu tiempo de tormenta eléctrica. La tarde se alarma de sirenas los eslabones de tus cadenas entrelazan negativas.

Eres luz en la mañana

Eres luz en la mañana abres mi ventana despiertas mi corazón enciendes la sangre que se apaga a ratos con vientos de ausencias. Eres sol de la tarde despedida con un grito el espacio que gravito. Incendias estas paredes. La estrella nocturna que se pierde cada tanto y anuncia desvelos. Te encontré sin destino. en un camino desconocido.

Me acerco a los espejos

Me acerco a los espejos miope busco tu imagen tantas veces repetida. Vuelvo mi rostro a los espejos llamo por tu nombre y me envuelve el silencio el humo. Denso es el humo que me envuelve cuando no estas y me falta el aire y se atasca la sangre en las venas y pierden sentido las paredes.

Con los cambos de la tarde

Con los cambios de la tarde con cada golpe de reloj entras al mundo a mis sueños. Vienes con pies mágicos mojados de rocío. Con los cambios de la tarde con cada golpe de reloj toda sol toda naranjas. Violenta de colores irreal. En los cambios de la tarde en cada golpe de reloj tu cuerpo huele a lluvia tus palabras tu risa rebotan como eco en las paredes lisas.

Asalto I

Vienes cuando menos lo espero, llegas hasta mi de un brinco callada, me haces saltar desorbitar los ojos, busco en tus espacios vacíos el lugar de mis manos, tu sonrisa me asalta detrás de cada esquina y te encuentro metida de pronto en todas mis palabras, cansado del juego concluyo.

Voy por esta tarde

Voy por esta tarde que se hace fría sorprendido sin chaqueta ni bufanda. Las calles todavía húmedas de la garúa con sus pequeños pozos de otras lluvias son las mismas que a diario trajino muy de mañana en las tardes como hoy o en las noches arrugadas apagadas de madrugada.

Padre 72

Padre hoy viajaba como siempre entre la gente y pude reconocerte en los ojos rojos y vidriosos en la cabeza de pelo corto en la barba de tres días en esa vejez prematura de todos los bohemios solitarios poetas de las noches y las calles. Padre Allí estaban tus manos sosteniendo un cigarrillo tembloroso estaba tu piel curtida de sol estabas en el traje gastado ya sin brillo en la camisa sucia del descuido en los pasos inseguros. padre Hoy comprendo como nunca tu abandono.