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Asisto al ocaso de las palabras

Asisto al ocaso de las palabras precedido de espantos, en un insomnio que amarra los días con nudos falsos.   Esta fuga sin precedentes ni avisos, ni alertas me toma desprevenido. Se apagan los destellos de frases y oraciones completas perdiendo el sentido  y una a una sin despedirse  se extravían sin horizonte. Sin dejar siquiera un mal reflejo que sirva al menos de señal oculta, de mapa, en estas sombras que consumen con voracidad cada letra.

Conversación con mi sombra

Yo que nací bajo el signo del Toro rumiando impaciencias, inflexible en mis convicciones. Con una extraordinaria habilidad en los pies para realizar jugadas imposibles, creí tener la destreza necesaria para realizar grandes proezas. Con seguridad absoluta, sin siquiera una duda, con la convicción de estar por encima de consejos, avisos, advertencias, tracé una línea de acción en un intento de asegurar de forma calculada la vida que deseaba. Pretendí planificar el sencillo acto de vivir y proyecté mi imagen entre logros y gloria, ni por un instante miré hacia el lado oscuro del fracaso. Inesperadamente un minúsculo detalle distorsionó esa línea, que se difuminó,  se bifurcó en mil caminos, rutas, sendas diferentes, fueron otras las circunstancias y hoy no soy ni la sombra de aquel que imaginé. Un círculo mínimo, áspero, del tamaño de un centavo, una dureza absurda instalada en la planta del pie, un callo, se ha convertido en el inmenso obstáculo que me ha impedido avanzar por

Serie en la cocina

VI En esta cocina la amenaza dibuja esquemas con vapores subidos de tono. En un  pestañear con el paso de un recuerdo se omiten detalles. En un suspiro enredado en el hilo roto de un olvido se instala el descuido. Apenas un instante ausente la norma, se violan códigos, protocolos y se exige la asistencia inmediata de fuerzas supremas de vigilancia. Se hace urgente, necesario, el auxilio de los sentidos. La hora es de apremios. El agua deja de ser dulce, se eriza en los fuegos pierde compostura rompe a borbotones y al menor contacto lacera la piel con latigazos inclementes, deja para siempre una seria advertencia, una señal, una marca, un tatuaje, una culpa y la carrera obligada entre gritos a la emergencia.

Serie en la cocina

V En la cocina medir con exactitud se hace estrictamente necesario, de obligado cumplimiento para lograr el equilibrio. Yo no mido en litros ni gramos, libras o pulgadas, onzas o granos, ni en tazas, o cucharadas o centímetros cúbicos, no mido en grados centígrados, o Fahrenheit tampoco en horas o minutos. En esta cocina mido con rigurosa exactitud al ojo por ciento, con la justa mesura que marca la vida cada día, cada paso.

Grande Juanfri

Grande Juanfri!! Inmenso sobrino!! Desde mi pobre estatura miro la huella húmeda del 45 que dejas al salir de la piscina; esa piscina donde caíste siendo muy  pequeñín y creciste entre brazada y patada. Tiburón, Salmon, Jurel. Grande juanfri!! Inmenso sobrino!! Por encima del  valor aumentado de mis lentes multifocales. Grande Juanfri!! allá donde  4 hermanos tropezamos,  fracasamos, recibimos elegantes negativas y aquel silencio feroz, disparado directamente al pensamiento, que suspende en un hilo gastado una espera  sin futuro. Inmenso sobrino!! al empeñarte  cada día en bajar un segundo esa marca terca, para salir después a tocar las puertas de otros corazones.  Llevas papeles, sellas documentos, creyente en las inexorables leyes de la dinámica logras una esperanza para Camucha, un apodo que desconoces. Familiares, amigos y allegados te miramos desde nuestros limitados horizontes. Grande Juanfri!! Inme

www.vidayovanovich.com (Comentario)

Yo que nací bajo el signo del toro empedernido, empecinado y me alumbran los destellos de Venus. Yo que avanzo a ciegas, a tropezones con mis convicciones ahora tengo miedo de dar un paso al próximo segundo, adelantarme a este futuro implacable: A la cárcel de los sueños, o gastarme en el tiempo, para  quedar apenas fragmentado en un abismo de ausencias entre sonoras y espeluznantes soledades.

Serie en la cocina

IV Hoy amaneció el sur helado y con lluvias casi a punto de nieve las calles, nada raro en invierno con esta máxima de tres grados. El frio me paraliza y no quiero salir a la calle, es urgente un almuerzo de altas calorías, contundente. La nevera da muestras de cansancio de la fatiga del fin de mes. Una cebolla da vueltas se aburre y choca contra un tomate en la gaveta de los vegetales. El inventario da pena: Un puño de queso Gouda granulado, un pote de mantequilla al que se le ve el fondo, una botella de leche descremada, a la mitad, dos filetes de corvina, un resto de chorizo, un cuarto de vino blanco. Justo lo necesario para un Cancato. Sin consideración alguna doy el último asalto a la pobre nevera desprevenida. Corto la cebolla en plumas Y sobre dos fuentes de barro hago una cama bien estirada. Coloco los filetes sobre esa sábana de lagrimas transparentes. Riego con sal, pimienta y oré

Serie en la cocina

III La cocina en esta casa es un rincón amable, acepta en silencio mi ignorancia, la mano torpe en la necia exigencia de mis apremios, de esta obligada impaciencia que me acompaña. He llegado a un pacto inestable con el fuego y las ollas me agradecen que el arroz no se pegue y el guiso no se queme. Con un  frágil acuerdo, mudo, endulcé el filo de los cuchillos Y ya no me hieren, ni mutilan. La cocina me señala inflexible cada error que cometo y espera con ternura verme crecer sin apenas contar cuantas veces me equivoco.

Serie en la cocina

II En la cocina orden y disciplina es la consigna. 

Serie en la cocina

I Sobre la pantalla del reloj brilla la hora incandescente. Amanece en Santiago. Aquí en el sur son las 7 y el sol no ha salido. En Santiago León de Caracas los relojes se apagaron en la madrugada. Entro en la cocina enciendo las luces y la radio; rebotan contra las paredes las noticias: En las redes sociales apagón, en informes oficiales desmentidos. En la cafetera dos medidas de café y tres de agua, con un botón se  inicia la colada. Familiares y amigos comentan de zamuros y de iguanas de animales desalmados. Dos rebanadas de pan en la tostadora y en la licuadora exacta la medida para la leche de Tomas. Apagón en Cabimas me dice Napoleón y su familia. Programo el microondas y en dos minutos apenas, se esteriliza el tetero de Diego Sin luz en Anaco me cuenta Delia y su muchacho. En Carabobo dicen: Miriam mi prima Y Ramón mi hermano estamos sin luz, se les paso la mano. De la nevera tom

Cada día

Cada día, cada hora, una imagen me asalta para escurrirse luego sin dejar rastro. En algún lugar de la memoria se esconde, se cocina en el fuego de los recuerdos confundida en los sentidos y esa imagen que creí perdida, desaparecida en los olvidos   surge de improviso convertida en palabra. 

Vengo para hablar de los vientos y su dirección

Vengo para hablar de los vientos y su dirección del  fuego y sus colores, de las aguas que danzan, de tierras áridas y fértiles, de cielos, nubes y firmezas. Vengo a llamar el amor con tu nombre, mujer. Vengo a buscar tu silueta, tu cintura, el contorno de tu paso que perdí en el humo denso de sueños ajenos. Vengo a detener tu carrera, el salto, la huida. Vengo con el paso firme de nuestros cansancios a confirmar nuestro futuro de un camino sin encrucijadas.

Agotado en la rutina

Agotado en la rutina de blancas paredes lisas e n la chocante, insistente alarma del teléfono , e n el ingenio de un comercio sin futuro, e n el rítmico y acompasado sonido de las máquinas e ncerrado y sin oportunidades c umplo formalmente un horario. Te veo pasar, nube o paloma y el eco de tus pasos, l a sombra de tu cuerpo , la sonrisa que dibuja promesas borra las paredes , d esconecta el teléfono, las máquinas , a paga el ingenio del comercio y me lanzo a perseguir un pensamiento que se cruza en esta tarde d e labios rosados , d e piel húmeda y piernas desnudas .

Un hombre se entrega

Un hombre se entrega a las exigencias de la vida a la rutina de los días que transcurren y a pesar de las mañanas, las tardes, las noches , a pesar de su nacimiento asentado en acta , de su cédula, su licencia de conducir , de su cuenta en el banco, de los amigos y compromisos, de sus zapatos gastados,      a pesar de estas certezas este hombre no vive , apenas se deja estar. Espera que se cumpla un sueño inconcluso

Camino sin aliento

Camino de un lado para el otro sin aliento mis  manos son pájaros en desbandada. Hablo, escucho, acepto mil tonterías cada día. Me río a carcajadas sin argumentos, ni motivos. Miento o digo a medias la verdad, que viene a ser lo mismo a la hora de pesar nuestras acciones. Termino en esta soledad de noche cerrada finalizo los actos diarios de la vida sin maquillaje, ni teatro, con el público ausente en este monólogo contra las paredes indefensas .

No está en el horizonte

No está en el horizonte el estrecho camino de dudas Ya no me persigue a cada paso el sendero del desastre, el abismo y el derrumbe , apenas queda en el recuerdo este pedazo de mar con tempestad , este peligroso rastro de nubes y centellas.   Convierte en brújula tus manos enrumba mis pasos hasta el fondo de tus ojos, disipa la niebla, señala donde lanzar mis redes en busca de tu sagrado pez y palmo a palmo sobre tu piel borro las tormentas.

Círculo cerrado.

Me precipito, caigo sin remedio a un abismo sin fondo, perdido sin el auxilio de líneas paralelas ni horizontes abiertos ante esta inmensa oscuridad de círculo cerrado. Dejo a los pies absoluta libertad voy y vengo en repetidas ocasiones sin rumbo y solo. Entre cientos de voces sin rostro me abandono a este vacío insondable de círculo cerrado. Abro y cierro puertas con mis huesos aporreados los cabellos en desorden las palabras en desventaja contra el círculo cerrado. Una idea obsesiva me mantiene descalzo entre las piedras. Busco aquellos ojos que alumbrando las sombras espantaron los fantasmas silenciaron las voces marcaron el rumbo de mis pasos. Detengo mi caída, lleno de recuerdos el vacío y se hace la luz apenas pronuncio tu nombre.

En cual rincón de la memoria

En cual rincón de la memoria de tiempo, de olvido estabas escondida. Que botón que tecla cual fue la clave que reventó el recuerdo. Llegas en esta mañana de radios encendidos de alertas y alarmas a equivocar mis pasos. Hoy tu piel cambió su nombre, dejo de ser pasión y es apenas un viejo y sencillo vestido gastado y roto. Vuelve al almacén de mi memoria, desaparece ya. Bórrate.

Sobre tacones

Vas y vienes sobre tacones por estos pasillos , el aire se detiene, las solicitudes se atascan en los archivos y tus piernas con aroma de canela perseguidas con ojos desorbitados se iluminan, relucen los tobillos , brilla el bronce en las rodillas , tiemblan los muslos desnudos al descubrirlos asomados entre la falda.

Incógnitas

Quien traerá tu nombre a mis oídos sordos ? bajo que humilde piedra encontraré tus desvelos ? sobre que tierras incendiadas estará tu huella de cenizas ? que golpe de viento conocerá tu voz ? que día, hora, lugar será nuestro encuentro ? serán tus cabellos claros, claros y volados como una madrugada ? o acaso serán de hilos gruesos coloreados ? y olerán quizás tus manos a montaña? y tus besos serán de pomarrosa, o cundeamor? que espejos serán tus ojos para el desafío?. No invento motivos, espero con impaciencia.

Estudio los vientos

Estudio los vientos mido en millas y nudos el espacio de un abrazo. El tiempo levantó un abismo entre mis palabras y tu pecho, debo derrotar ese fantasma para llegar a tu puerto de aguas tranquilas de cielo azul de pájaros errantes mágica mujer.

Te has anunciado

Te has anunciado repetidas veces no hay día, ni hora, que no te piense cada noche espero verte aparecer en mis sueños. Retomo el camino que abandoné, en una huida forzada empujado por el miedo hasta el destierro, me desnudo lentamente y preparo el encuentro. Entre las palabras te descubro en un acento, en los silencios te espero agazapado, en cada paso afirmo la huella para inventarte. En los encierros voluntarios me descubro ante mi sombra, no atiendo llamados y espero.

Cuando las letras

Cuando las letras son apenas letras que enmudecen el papel. Cuando el verbo ensombrecido pierde el ritmo y se amordazan las palabras. Cuando se olvida el alfabeto o lo que es peor se destierra. Cuando no se peregrina entre líneas en busca de viejas raíces. La mañana deja de ser bruma y la angustia ya no es espera temblor de manos sudor de frente. Cuando el amor no nos conmueve ni la injusticia nos hace saltar con un soberbio grito. Cuando esta mala costumbre de hacer versos se abandona y se deja a un lado este humilde oficio precipitados al abismo caemos sin fondo y no somos nada.

Hoy me duele el silencio

Hoy me duele el silencio la sombra sin huella la hoja que cae sin destino el vacío. Hoy quisiera que fueras esa piedra de piel lisa y yo el agua que corre en la caricia. Por un momento pudieras quizás ser playa de arena ardiente y fina y yo la constante ola en la caricia. Y también, ¿por que no? hoja elástica y delgada y yo el viento que sopla en la caricia. Hoy me rompe el silencio y quisiera que fueras más Tu que nunca y yo apenas la caricia.

Acosado por los giros

Acosado por los giros de innumerables derrotas, golpeado una y otra vez por el acento de los fracasos, hundido en el abismo de mi mayor desastre, acorralado y sin salida de un salto me levanto, enarbolo contados triunfos. Mi grito de guerra. Mi violencia animal.

Justamente ahora

Ahora que ando por estos rincones del mundo ahora que juego a la carrera de imposibles justamente ahora que miro desde el fondo lo apenas visible en un encuentro fugaz sin testigos entre cielos y montañas, caminos y brechas tu paso al fin se pierde con el mío y quedan apenas los nombres repetidos en el absoluto silencio de nuestras manos voraces en el griterío de los loros.

Regreso del olvido

Regreso del olvido, de las sombras de los rostros oscuros deformes por el tiempo, del terror y la violencia. Regreso a la palabra sin haberla abandonado, vuelvo a los signos, con tímida mano al garabato sobre la página en blanco. Regreso a los caminos de donde no me aparto, el pasado es apenas soplo de viento sobre arenas calcinadas. Regreso de los márgenes, en la madrugada donde fui por instantes sin soltar amarras, atado como nadie.

Topo a rojo

Topo a rojo sobre el tapete verde digo, Me planto en pares grito, soplo el puño batiendo miserias contra la noche, me doblo me encimo estiro el brazo buscando volver la suerte en la esquina de fieltro. Pierdo el lance en este giro, tranquilos los dados repiten infortunios sobre el tapete verde, bajo una luz que ya se muere al filo de la medianoche.

El tiempo

El tiempo borró recuerdos que la pasión hizo indelebles limó memorias grabadas con fuego los ojos siguen tristes la vieja costumbre del sol al ocultarse entre sábanas alquiladas cuerpos nuevos desgastan emociones olvidadas las manos siguen vacías el acostumbrado camino de la luna Intentando un inventario.

Mis manos

Mis manos que conocen otros mundos y no le temen al trabajo tiemblan al intentar volar sobre tus muslos. se paralizan los dedos al moverse suavemente hasta el valle donde apenas el rocío humedece la pasión. Intentan a tropezones dejarlo subrepticiamente y saltar a tus colinas gemelas ahora coronadas de capullos rosados. Mis manos tiemblan todavía al rodear tus colinas, tomarlas por asalto y sentir los capullos abrirse. Descansan un momento en la planicie de tu geografía para bajar en un vaivén adonde se confunden todos los vientos todos los mares todos los fuegos y poder clavar mis banderas con un solo clamor. Mis manos que conocen otros mundos y no le temen al trabajo tiemblan pero no se detienen en tus frágiles fronteras.

Difícil tránsito

Difícil tránsito de este viejo corazón dolido. Quedan piedras, apenas restos esparcidos, soles y lunas pasan en ráfagas perdidos.

Eres luz de estrella

Eres luz de estrella alumbrando ilusiones Esperanza de luna para mi noche oscura este camino ancho para quien siempre anduvo en la vereda.

Me buscas

Me buscas en el filo de las piedras en el borde de las palabras para herirme.

Parado

Parado sobre las sombras la noche íngrima

Todo quebrado

Todo quebrado silencio y sombras en el despunte solitario de las tempranas tres de la mañana.

Regreso inútilmente

Regreso inútilmente a los años de arcilla Largo es el camino de piedras, mis días de polvo las horas de barro Voy a tu encuentro de nube, a este cielo de pájaros. Mi voz se hace humo los pasos en desbandada. En la sombra de tus redes recién tejidas como dos soles apagados o quizás dos lunas eclipsadas, desde una noche partida en dos redonda como el mundo te descubro en los ojos del mar iluminada.

En los senderos de la frente

En los senderos de la frente germina la angustia, abre bajo los ojos manchas oscuras crece larga y profunda como un túnel la soledad y resbalan por ella de la mano huérfanos, los días los años y hasta las horas.

Ahora

Ahora que te miro detenido desde el ángulo imperfecto del destierro Ahora que te miro sin la arista perfecta donde confundo las incógnitas Ahora vuelves a golpear insistente las arenas Y traes espumas de otros olvidos Regresas a esta playa de espejos rotos donde se desdoblan imágenes para borrar mis huellas.

Entre las ásperas

Entre las ásperas paredes de una casa, sin adiós me he quedado solo. Quise saltar al aire y me faltó el aliento para tanto remolino de vientos cruzados. Quise romper silencios y me falto la voz para tanta mudez atroz. Entre los cuatro rincones de una casa sin puerta de asalto me he quedado solo. Solo, sin adiós sin aliento sin voz.

Se abre una esperanza

Para llegar a la altura quirúrgica de tus ojos, me visto de los años que he vivido y ya no tengo. Hondas y firmes mantengo grabadas las líneas imposibles de la frente, disimulo la miopía con cristales pulidos y levanto un solo sueño con manos extendidas a la esperanza, a mi última esperanza. Para llegar a tu casa tranquilo, calmo, libero angustias, despliego las velas del tiempo a un solo sueño donde el viento cómplice acaricia nubes coloridas y sopla y empuja a otros horizontes amenazas, engañosos nubarrones. Para llegar a tu casa con paso firme borro malos recuerdos, invoco tu nombre y abro las puertas a un solo sueño.