La Scientist Technique Agency

 


Huyo de mi imagen reflejada en los espejos, no debo mirarme en ellos, temo no poder reconocerme y descubrir que me perdí en una grieta de este laberinto al que entré por voluntad propia hace exactamente ocho meses.

 

Quienes se cruzan conmigo en las aceras piensan que estoy loco por esta facha miserable. Luzco arruinado, lo sé. Toda esta mugre acumulada y compacta de tierra, sol, lluvia, viento y arena, ha formado una costra áspera sobre la ropa que llevo encima y oculta sus verdaderos colores y su calidad. La mugre que acumulo ha transformado mi  piel suave y clara en una lija oscura que me hace irreconocible, incluso, ante mis amigos más cercanos. La mugre y el olvido terminan por dibujar en definitiva este aspecto de mendigo y quien me observa, desde su ignorancia, mira a un hombre que perdió sus cabales en una esquina de la calle del peligro.

 

He visto sin pizca de asombro los ojos de  aquellos que pasan a mi lado mirarme con malicia, cuando de improviso atravieso la calle dando voces con riesgo de ser atropellado por los vehículos. -no saben-  ¿cómo van a saber? -ni siquiera imaginan- que he realizado cálculos precisos y sé exactamente el momento en que voy a encontrarme con un espejo, o tropezarme con una lámina que va a reflejar mi rostro y lo evito a toda costa, por eso mi desesperación, que se asemeja mucho a la locura. 

 

La verdad, yo no soy un indigente, aunque lo parezca vestido con estos harapos. Yo tengo enormes diferencias con esa horda de parásitos, vividores, y pedigüeños que abundan en la ciudad y se multiplican con alarmante facilidad. No me han visto, ni me verán cerca de las puertas de las iglesias implorando lástima, o caridad. Jamás rebusco en la basura, la dignidad me lo prohíbe. Sí aquellos que me juzgan con la ligereza de las apariencias, se dignaran siquiera, a practicar un ejercicio de observación, podrían perfectamente diferenciarme de esa ralea de gorrones, abusadores, mangantes.

 

Aunque parezca un desatino no estoy solo en este inclemente deambular por calles sin rumbo y no precisamente porque pertenezca a esa cofradía de pordioseros, cuyas únicas herramientas para sobrevivir son: la mano extendida, el tono lastimero y la mirada suplicante de perro apaleado. Actitudes, conductas, formas y técnicas aprendidas para representar el acto indigno de vivir sin trabajar.

 

Yo soy uno de los muchos voluntarios que conforman un experimento secreto, cuyos resultados serán de vital importancia para los tiempos que enfrentará el hombre luego del exterminio, producto de guerras sin sentido. Trabajo en la  S.T.A. Scientist Technique Agency. Soy físico de profesión y fui seleccionado entre cientos de trabajadores de la Agencia para enfrentar este reto. Poseo extraordinarias cualidades mentales, requisito indispensable, así como una estabilidad emocional probada. Tengo además la disposición necesaria y sobre todo, el interés científico para cumplir con éxito este experimento en favor del mundo.

 

El experimento consiste en vivir durante un año completo en la calle, solo, sin ningún tipo de ayuda de la Agencia. En este experimento una de las tareas más importantes es la vigilancia de mi propia conducta, debo mantenerme atento a cualquier indicio, al mínimo rasgo que asome la posibilidad de un  desequilibrio, por eso fundamentalmente evito verme en los espejos. No consumo drogas, que circulan con pasmosa libertad en todas las calles, no fumo, ni bebo licor, me mantengo alerta.

 

Recojo información del comportamiento humano y sobre todo, de conductas adquiridas o aprendidas en el enfrentamiento a una realidad adversa, tanto del mundo externo, como de mi mundo interior. Toda la información que soy capaz de observar la  almaceno en espacios departamentales de la memoria, que luego,  por procedimientos físicos matemáticos serán expuestos para el estudio del equipo multidisciplinario encargado de este proyecto.

 

Al iniciar el experimento se me informó que en la muñeca derecha llevo un chip con todos mis datos, GPS incluido, a fin de ser monitoreado por la Agencia. Además, mis datos y alguna información relevante será suministrada a todos los entes de la Seguridad Nacional, para que me presten  la ayuda necesaria en caso de ser arrestado, o detenido. Con mis huellas dactilares podrán acceder a la base de datos de la Agencia y encontraran información suficiente y bastante sobre mi persona y lo que deben saber sobre este experimento, a fin de que me sea otorgada nuevamente la libertad plena de movimiento.


Anoche fui arrestado en una redada de la policía y hoy estoy enfrente del oficial a cargo. Es un hombre joven, de gruesos bigotes manchados de nicotina, fuma desesperadamente. Yo guardo el silencio que me corresponde frente a la autoridad, él debe saber quien soy y por que mantengo esta facha.


El oficial me entrega una cuartilla impresa y dice: -debe leer este informe y firmarlo, para poder dejarlo en libertad-.    

 

Nombre.

Francisco Gallardo.

Cédula de Identidad.

3.271.295

Edad.

32 años.

Oficio.

Escritor.

Lugar de residencia.

Desaparecido.


La Editorial Ciencia y Tecnología solicita a las autoridades competentes dejar en libertad al ciudadano Francisco Gallardo, ya que no representa peligro alguno para la sociedad. Desapareció hace ocho meses y creemos que su desaparición obedece a que se encuentra perseguido por alguno de sus personajes, o persiguiendo una historia, con los escritores nunca se sabe. 


Camino a la salida de la estación de policía luego de firmar el informe y compruebo que la Scientist Technique Agency, sabe muy bien cómo encubrir sus investigaciones secretas. 

 


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