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Mostrando las entradas de febrero, 2021

Un peculiar compañero de Oficina

  La estructura de su pensamiento, su talento en el raciocinio está sostenido por la prudencia y sus actos signados por la mesura. Los temerarios de la Oficina lo miran con recelo y en oportunidades señalan que su conducta la dicta el temor y su supuesta moderación es tan solo una excusa para no admitir su cobardía. Hay quienes no perdonan la prudencia del término medio.  Él se defiende con frases acuñadas, pensadas de antemano, y asegura con el tono de quien dicta cátedra, siempre quiso ser maestro de escuela. Los ingenuos son movidos por la imprudencia, sus actos torpes y negligentes conducen los pasos inexorablemente al terreno de los fracasos. Afirma; que el verdadero valor consiste en mantenerse firme y lúcido ante el quimérico juego de luces, del engaño de  los triunfos ficticios. Es un hombre francamente cauteloso y en algunas oportunidades es imposible acompañarlo en ese juego de equilibrios. Cuando las emociones nos sobrepasan el representa la exasperante moderación que nos ne

Un camino en medio de la crisis

  Miro este mar tranquilo, sus azules y verdes me remiten a obras de arte y un flash de letras fosforescentes, un fogonazo incandescente ilumina inmediatamente el recuerdo. Me deslumbra la lista de nombres de artistas plásticos conocidos y también de algunos desconocidos, artistas que prometen desde su propuesta pictórica un futuro en el mundo del arte.   Mis ojos educados emiten ondas a alguna parte de mi cerebro y automáticamente el pensamiento se desboca sin bozal a estas asociaciones, a estas referencias basadas en el conocimiento y a las nociones superiores sobre colores, texturas, combinaciones de profundidad, de movimiento y todos los detalles relacionados con el arte de pintar. De la mano de mi abuelo conocí el oficio de restaurador y descifré los pequeños detalles, los descuidos imperceptibles e imperdonables dejados por el artista y que son capaces unidos al tiempo de dañar una obra. De su corazón generoso aprendí a vivir con alegría, a enfrentar las situaciones que se presen

Ruptura

  Mido la ruta recorrida de mi vida en aciertos y fracasos, el camino hacia esa meta diseñada de antemano por una mano ajena, en triunfos y derrotas, y con más incógnitas que certezas doy cada uno de mis pasos. Pero es cierto que en una encrucijada equivoqué el sendero, un conflicto que no eludí, que no escurrí, que no evité a tiempo y con la sensatez debida me empujó a quebrar, a romper en ese punto inflexible de las convicciones con el lazo de una amistad que me había hermanado con Orlando Payares y hoy debo recorrer un penoso regreso, desdoblar mis pasos, devolverme descosiendo miedos en un intento por enmendar errores, si eso es posible. Retomar el hilo desde la orilla de mi vida en contra del tiempo transcurrido y llegar de nuevo a esa encrucijada a estrechar en mi costado más dolido a un hermano, a un amigo, que abandoné hace doce  años. Orlando y yo estuvimos siempre comprometidos con una unión fraterna convencidos que  nuestras diferencias nos enriquecen, nos permiten reconocer

Un cuento, un recuerdo, un olvido

    La lluvia me encerró una vez más en esa habitación de la calle Miranda en donde pasaba ratos fugaces y felices. Bajo el intenso aguacero, un verdadero vendaval, me dispuse a leer. Sin pestañear tomé de la estantería un libro, lo abrí y el azar me llevó a la página 44. Al terminar la primera línea supe que ya había leído ese relato y vagamente recordaba la trama. Era una historia fantástica, pero tan lúcida, tan brillantemente escrita, que los trazos de la historia tocaban a intervalos la realidad y se asomaban con estricto rigor al dibujo de  algunos días de mi propia vida. -Ese detalle, en apariencia insignificante es lo que convierte un relato fantástico en uno extraordinario-. Pensé. Vuelvo a leer la narración pero desde la perspectiva que este día me dicta, desde nuevos y diferentes intereses; estoy convencido que al releer un texto lo hacemos desde otra orilla, con otra carga, con otra intensidad y por esa razón encontramos deslumbrados esquinas que no habíamos visto en la pri

Escapar a ciegas

  El hambre es perversa; hinca sus dientes de acero envenenados en los indefensos intestinos y sorbe sin misericordia la esperanza. Los desalmados, que nunca faltan, los autócratas, los déspotas, las nuevas y revestidas dictaduras utilizan el hambre y aplastan las convicciones, acorralan hasta la sangre las certezas. Tarde, la historia reconoce  los hechos y mientras tanto, los caminos se llenan de sombras anónimas que huyen del hambre, la palabra migrante los nombra. Victor Valdez tiene apenas venticinco años y huye despavorido, a ciegas,  del hambre y consigue escapar con las uñas. Victor no habla de las peripecias de su viaje, de la forma en que logró burlar los controles y cruzar las lineas imaginarias que dividen los paises, no cuenta cuantas ciudades atravesó para llegar a este rincon en donde fuimos arrojados por las tormentas de nuestros propios desastres huyendo del hambre. Victor no hace ningun comentario sobre su recorrido, ni tampoco el tiempo invertido en esa empresa, o sí

Un torbellino de voces enturbia las aguas

    Desde hace veinte años el caos y la furia se han desatado, se ha impuesto como norma la injusticia, estamos indefensos a merced de los tiempos y la brutal violencia de los elementos. La oscura incertidumbre nos envuelve y conspira contra la esperanza que nuestro valiente Capitán ha izado en el palo mayor, sobre la borda. En este momento, por encima de vagas especulaciones se requiere  encerrar en el olvido nuestras miserias y se hace absolutamente necesario mantener plena confianza en nuestro Capitán, en ese Capitán que siembra la esperanza desde proa, conjura crueles vendavales y obliga a mantener encendidos los faros en todos los Continentes.   Pero, empujados quizás por el miedo y también por otros agrios sentimientos, a nuestro Capitán, el único que está dispuesto a sacarnos con bien del temporal, lo hacemos responsable de la tormenta que nos azota y levantamos contra él confusas intrigas desde la galera. Corremos el riesgo de perder el rumbo en los azares de mezquinas astucias

La hora es de equilibrio

  ¡Una incógnita! un abismo entre silencios. Una respuesta postergada. ¡Voces disparadas! posponen por momentos el grito contenido durante veinte años de mentiras. No hay un retorno posible. ¡La hora es de equilibrio! para  no rompernos en mil pedazos.

Otra luna

Una luna grande domina la noche. La inmensa luna roja rebela la falta que me haces. El brillo de esta rara luna ilumina el camino de tu ausencia y envuelve con tu nombre el peso del destierro y mi derrota.

El valor de una opinión

  Sin haber logrado una salida honrosa de esta encrucijada a la que ha sido empujado por fuerzas desconocidas, sin poder esconderse y huyendo, aparece en esta esquina crucificada de señales a la que finalmente llegó sin poder evadirla, arrastra los pasos y lo persigue  una cadena de errores y caprichosas circunstancias desatinadas. Sin un atisbo siquiera de solución a esa pesada interrogante que lo consume, sabe que su salida está en la calle, tiene que mantenerse en movimiento, no puede, ni debe acercarse a su casa hasta haber logrado una respuesta verdadera que acabe con la incertidumbre, con las dudas. Necesita con urgencia encontrar un resquicio que le permita solventar con decoro  este momento que le tocó en suerte, o simplemente resignarse a desaparecer para siempre y esa opción le asusta y la desecha. Pasada la medianoche, sin remedio, debe atravesar esta avenida en donde convergen los conflictos que han desencadenado una ruptura inequívoca, este lugar es el mismo que ha estado

Día de la juventud

  Un país despedazado nos espera. Este deseo urgente nació en enero y un remolino de anhelos nos busca por el mundo. Tiende sus caminos maltrechos a nuestros corazones. Confía en nuestro regreso, en el reencuentro, no se resigna a perdernos y nos muestra con la dignidad que lo sostiene el cielo sucio y roto, las sabanas incendiadas, las costras de heridas que aún no sanan, la cicatriz que dejaron las fracturas de odiosas y siempre crueles separaciones. Un país despedazado nos espera. El eco de voces distintas que rescatamos como propias, se levanta entre las grietas de su humillada geografía y nos llama con ondulante murmullo, el tono sube con los días se torna apremiante en las tardes y nos compromete en esta hora para sembrar la esperanza. ¡Vamos bien! ¡Vamos muy bien!