Siete Días 1
El sol se hunde cada tarde en el mar con un grito, detiene las retinas un instante y revienta las gargantas. Hace diez años yo me hundí en tus ojos al pronunciar tu nombre y ahora me encuentro en tu huella sonora, en la rosa difuminada de tu campo de trigo, en la sencilla geografía de tu cuerpo, en las líneas perfectas de tus labios que dibujan mis besos, en la redondez del círculo, en el triángulo exacto grabado a láser.