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Eramos un desierto

Eramos un desierto mundos deshabitados. Así comienza nuestra historia.

Aquí estoy

Aquí estoy parado sobre las sombras. La noche íngrima.

El valor de superarse

Una mañana muy temprano con uniforme nuevo y mis tres años entré al SEK al Play Group C, no quería que mis padres me dejaran y les pedí llorando que se quedaran, mi padre me levantó y preguntó ¿quieres crecer, saber y conocer? y yo dije si, llorando todavía, debes quedarte y aprender con las tías y los amigos a ver el mundo sin remilgos. Me sentaron en una silla amarilla, en una mesa con teresa y también Antonia que estaba en la Patagonia, pintamos un elefante regordete con trompa de clarinete, cuando terminamos el elefante yo estaba muy contento en ese momento y la tía Aurora preguntó ¿dónde está el elefante regordete con trompa de clarinete? no le pude contestar, yo tampoco lo veía, lo había tapado, borrado, bajo espesas nubes de azules y abedules. Al llegar a mi casa pintaba con mucho tesón, pintaba un tejon sobre un mesón, pero de la raya me salía y volvía a pintar con alegría y la figura nada que salía derecha como quería. Quiero pintar en todo momento, pintar un campamento

Noche

Noche. Allá, afuera furioso rompe el mar contra la playa. En mi corazón llueve, aquí, adentro gruesos goterones rompen cristales.

Tu Voz

Tu voz que emocionada un día me nombró, se apaga en esa despedida de humo y asfixia.

Eres la luz

Eres la luz de las estrellas alumbrando mis ilusiones. La esperanza de una luna inmensa para mi noche oscura. Este camino ancho para quien siempre anduvo en la vereda.

Esta tarde de aire triste

Esta tarde de aire triste llegas silenciosamente con la lluvia, te pensé largamente los huesos desnudos. Me puse los pantalones, el uniforme diario de trajinar entre dinosaurios y no supe abrochar los botones, ni cerrarme el cuello, mucho menos anudar la corbata sin tus manos, sin tu piel, sin tu aliento. Aquí, conmigo.

Solo quedan tus ojos

Solo quedan tus ojos en las cenizas del incendio como dos inmensas brasas ardiendo imperecederas por siempre y para siempre. Persiste tu cabellera en medio de este viento huracanado como una inmensa red alada capaz de retenerlo todo por siempre y para siempre. Se mantienen tus manos en el último recuerdo de un adiós de sangre por siempre y para siempre. Solo quedas tú en medio del desastre solo tú fantástica vencedora por siempre y para siempre.

Transito entre líneas

Transito entre líneas golpeado por el acento frenado por la coma detenido en un punto preso en un paréntesis. Empujado al abismo de tus puntos suspensivos grito entre signos y enmudece mi voz. Perdido sin verbos sin frases hechas sin metáforas me quedo hablando solo y en gerundio.

Invadí tu vida

Invadí tu vida en una operación suicida, había sol en mi espalda y la esperanza dejaba huellas en mi frente. Entré como quien entra en una ciudad destruida, avancé con paso rápido como un guerrero, o un conquistador, como el único vencedor, había entonces decisión. Derribé las puertas desterré las lágrimas para siempre espanté los dolorosos recuerdos de otros seres que fueron. Incendie de pasión tu corazón hecho jirones liberé tus pájaros abrí horizontes construí caminos me hice cargo de tu dulce angustia, pero hoy suena la hora de la verdad y me rindo ante el inmenso poder de tu dulzura.

Nuevamente

Nuevamente se acercó la sombra aquella te dije un día me acosaba me acechaba Hoy cruzo tan cerca el fantasma aquel que dejó su aliento hediendo a muerto Me empujó me atacó me obligó a las puertas del miedo y se fue dando voces

Donde se quedaron olvidados

Donde se quedaron olvidados tus sueños de niña, donde se perdió la línea azul que borraba fronteras, donde se apagó aquella pasión primera, en que oscuro rincón están ahora tus ilusiones como trastos viejos olvidados. En que momento surgieron las angustias, en que preciso instante el llanto borró de un solo golpe la mas hermosa de las sonrisas cuando la niña se convirtió en mujer dura y hostil. Yo solo quiero saber cuando y donde te abandonó el candor y de un solo manotazo, de violencia pura acabaría con todo, para construirte un mundo nuevo como lo esperaste un día hecho a tu propia dimensión.

En tus aguas

En tus aguas apagué el incendio. En tu voz se quedó la mía de toro salvaje. Tus pasos guiaron mis días y olvidé mi sombra sigilosa clandestina entre tus piernas. La cantera de años rompió mis piedras. Cuando quedé finalmente sin fuego y ya no tuve voz ni rumbo, ni sombra, ni piedras, sonó tu adiós. Se fugaban tus manos cálidas ante mi asombro.

Aquí estamos los dos

Aquí estamos los dos aquí nos encontramos en la amplia avenida de la vida. Tu con nombre de reina y yo con nombre de santo. Tu vestida de pasión y yo de luto riguroso Vamos y venimos al acontecer diario de rutinas y de sueños, empujados al trasnocho abrimos camino con linternas y luciérnagas

Serie Hora de Entrega 6

Mis labios sobre tus labios despiertan hormigas rojas que abandonan enloquecidas su resguardada guarida y no te dan respiro suena la hora de la entrega y caemos vencidos.

Serie Hora de Entrega 5

Tu piel es arena de desierto rizada por el violento viento que levantan mis palabras.

Serie Hora de Entrega 4

Llego a tu cuerpo enredado en este miedo que me sorbe los sesos en este susto abrasado encendido incendiado vengo a tu cuerpo con una idea fija abrasarlo encenderlo incendiarlo

Serie Hora de Entrega 3

Si tu recuerdo cruza lejano una esquina y se pierde se oxidan mis huesos me hago marioneta de hilos torcidos rotos y ya no doy un paso.

Serie Hora de Entrega 2

Si mi lengua torpe pronuncia tu nombre se me seca la boca se me parten los labios se me sala la piel no estoy vencido persigo tu rastro de tímido pez que peina con insistencia el cono de un helado en tardes naranjas y violetas.

Serie Hora de Entrega 1

Solo de pensarte me atacan temblores un viento frío de noche y abismo me recorre sudo amarrado a voces de hielo que me asedian

Con amenaza

Con amenaza de luna llena en tierra de nadie para tus dos soles asombrados se cierra la tarde con lilas y violetas la negra noche cargada de aguaceros se hace dueña de los cielos y yo parado en la reja abierta aguardo mi paso se cruce en tu camino mi mano repose en tu cintura tus labios coincidan en los míos.

Todo el fuego

Todo el fuego sin odios ni rencores se concentra en un circulo exacto suspendido en un cielo de cenizas solo atino a repetir tu nombre mientras la tarde se multiplica en los espejos como una promesa

La primera vez

La primera vez que vi tus ojos atravesaba la noche íngrima desolado el tiempo un viento frío azotaba mis huesos hasta las lágrimas Mi vida como la historia cosa perdida busqué tu huella sobre el asfalto Y la encontré intacta menuda sonora tus labios pronunciaron el nombre que repito mirándome en los soles de un cielo abierto mis manos se unieron a las tuyas y el círculo se hizo uno

Ayer apenas preguntaste

Ayer apenas preguntaste con luz perdida con voz corriente que quieres de mi? y me gano el silencio. Hoy contesto firme: Quiero mirarte hasta después con ojos de niño curioso con ojos de caballo con ojos de pez con ojos de hombre solo quiero besarte seguido con labios agrietados con ampollas en la boca dormida la lengua besarte siempre mas quiero tocarte mucho con mano campesina con mano funcionaria que se abran que se rompan que se queden en tu cuerpo quiero además sudarme la locura toda la fiebre toda la vida toda la angustia toda.

Llegas con el vieno

Llegas con el viento de una pobre mañana sin horizonte ni futuro abierto a mis pasos sin destino. Repites un saludo a cuatro pasos según la norma aprendida en la academia y la voz mecánica esconde el miedo a mis espaldas. Contra la calle contra la sombra contra la reja. Sin llamarte sin soñarte sorprendido en tu sigilo no sentí el paso de la bota el peso de la bota injusta. Mayúscula sorpresa cuando logro mirarte apretada en el azul infinito de los muertos rodeada la cintura de ancha canana guarnecida. Negro el cabello cae como la noche sobre tu rostro teñido con el sol de la montaña. Tiembla en mis manos el carnet de identidad. La voz se hace de durazno al despedirte los ojos alertas el paso menudo y firme como los pechos.

Confesión

Soy esta historia de historias de conveniencias este vértice encontrado de amores y de odios esta sangre cruzada como torrente despeñándose en abismos acariciando piedras esta confusión de dioses y demonios esta cuerda dispuesta y templada en acorde de sal este soplo silbido de flauta en el desierto punta de pedernal herida este dolor sin asombro espantando desterrando alegrías.

Serie Recuerdos 5

El río avanza incontenible sobre su lecho de recuerdos hasta las orillas del mar que acaricia tu cuerpo.

Serie Recuerdos 4

Se me echó encima el día ojeroso de bruscos recuerdos.

Serie Recuerdos 3

Es largo profundo oscuro el camino del recuerdo.

Serie Recuerdos 2

Aguacero de piedras se viene de golpe sobre la tierra sembrada de recuerdos.

Serie Recuerdos 1

Nubes de recuerdos dejan esta huella al pasar en desbandada con su carga mutilada

Me interno

Me interno en la vida de otros, sigo sus ademanes, el destino incierto de sus pasos, sus quejas con ojos perdidos, me río de sus historias y de la propia empeñada en ir contra corriente, no me doy tregua ni descanso, los persigo en las líneas de los libros en el cruce de las calles y a cada nuevo intento tu voz reclama mi atención. Casi con violencia me bebo de un trago sus alientos y desalientos.

Cumple la cuarta mañana

Cumple la cuarta mañana de un cuarto día de abril único cuarto mes de todo el año este mi cuarto oficio mi cuarto de hora y entre tanto cuarto no consigo aun el cuarto de cuatro paredes de apenas cuatro pasos con cuatro espejos donde se reflejan estos cuatro sueños de cuatro pájaros negros sobre cuatro tranquilos mares sin fondo.

Este afán

Este afán, este duro trajinar cada día. Abrir los ojos levantarse mantenerse erguido contra los vientos es la consigna. Alcanzar el sol aunque derrita, romperse las manos contra las palabras contra los silencios contra la pagina en blanco. Dejar caer en armonía vocales y consonantes respirar hondo entre sueños y desastres marcar un sentido un rumbo un cielo un nombre. Tu nombre

Cansado de tu ausencia

Cansado de tu ausencia, me encerré en esta casa donde puedo encontrarte a cada instante, tropezarme contigo en los pasillos, sentir que me llamas desde la cocina

Abandonado a la suerte

Abandonado a la suerte de doce horas terribles en medio del infinito hostil al final de la tarde se suicido el sol rojo pintado de naranja, se enterró con violencia decidido sin un grito, sin asombro, en el vértice de dos montañas de azulada silueta el cielo entero apura la noche para quedarse de luto cerrado.

Engaño al camino

Engaño al camino escondido en cuentos de personaje sin historia con pasado inútil de papel carbón, me detengo con miedo en la esquina de dolores pasados y evito cruzar con riesgo.

Dos Guardianes

Dos guardianes fuertes firmes fieros esas dos rodillas tuyas, intentan proteger pero ocultan placeres y pasiones de carnes blancas, fieles aguardan a quien lleva grabado con fuego la palabra clave para declarar la retirada

Quien se acerca a tu playa

Quien se acerca a tu playa temeroso no iza ni levanta velas, vientos y rocas lo espantan, la inocente espuma de mar lo aterra. Un hombre de piel salada, de palabra franca, con voz ronca, con acento propio vendrá a tus mares que aguardan su audacia.

Con paso alado

Con paso alado de ángel de mujer te anuncias, chispeantes los ojos marinos risa de labios rojos gustosos, aurora de frescos colores.

La muerte me busca

La muerte me busca desde el primer aliento sin descanso, ataca mi costado mas débil, la costilla aquélla mi flanco en solitario mi esquina de sombras.

Clavado en tus ojos

Clavado en tus ojos espero señales. Fijo en tus manos respiro en un hilo

Mientras espero

Mientras espero verte aparecer bajo el ala de un avión la sangre se agolpa se anuda en las venas. La respiración no me sostiene.

Una y otra vez

Una y otra vez camino este mapa de fechas y ciudades, de rutas y fronteras. Busco tu sombra, tu huella.

LLegas confiada y ajena

Llegas confiada y ajena a todos mis odios. Te acercas despacio para morder a pedazos la mañana violeta que amenaza violencia y despiertas sin ruidos ni voces los pájaros desplumados. Vienes a lavar culpas en esta encrucijada, un mal paso en este camino sembrado de trampas. Corre. Vete. Alejate. Salvate.

Tu huella de dientes blancos

Tu huella de dientes blancos en la noche sin estrellas aquella cuando perdí los gatos equivoqué el camino y se batieron alas en un cielo dormido.

La Muela

Muele la muela muele con mucho dolor que muele debajo de la encía A la bendita muela tomaste fotografía y tu hermanita que la veía asombrada decía que la muela de lado crecía Muele la muela muele con mucho dolor que muele debajo de la encía Alarmada saliste al doctor te fuiste al medico corriste a papá le dijiste Muele la muela muele con mucho dolor que muele debajo de la encía La muela de la cordura del juicio que si perdura tiene que ser muy dura como una cabalgadura Muele la muela muele con mucho dolor que muele debajo de la encía.

Vive tu instante viajera

El mundo se detuvo un instante cuando resonó detrás del teléfono, desde ciudades viejas, desde otras historias, tu voz con horas cambiadas, tu voz que me nombra. Se congeló la sangra en las venas, el corazón perdió su ritmo de tambor y a punto de reventar el pecho se repite la asfixia, el ahogo que me ataca, apenas apareces en mi camino. Se atropellan las palabras de tal manera entre los dientes, se enreda la lengua y el pensamiento de tal forma, que por instantes pierdo el sentido y solo atino a decir nos vemos. Luego el silencio sin calma. Cada paso que doy te busca a sabiendas de no encontrarte, la ciudad entera pronuncia tu nombre y no puedo dejar de pensarte, pero no te ocupes de mí, recuerda la consigna que acordamos: vive tu instante viajera.

El tiempo marca

El tiempo marca el camino inevitable al abismo insondable de los olvidos.

Plaza Tahrir

A lo lejos, mas allá de los océanos que conozco suenan disparos, huesos quebrados. Vive la muerte en las calles. En la plaza Tahrir converge una voz unánime por encima de los credos, se levantan gritos y banderas y coraje. Se repite en febrero la historia en defensa de la defensa. Vuelven los ojos del mundo asombrados a asombrarse.

Cata al Viento

Recibe esta carta desde más allá del más nunca, desde el confín del mundo, desde un punto perdido en el sur del continente. Hace seis años nos cruzamos y se me torció el destino, vestías sandalias, blue jeans y camisa blanca, yo regaba un jardín ajeno y en tus labios rosados llenos de promesas, con voz dulce y grave, como el sonido del viento cuando pasa por los arenales del desierto de Temuco cambiando la geografía, se asomaron tímidas las palabras “buenas tardes”. En tus ojos el brillo de un sueño, la luz inconfundible de la pasión por los libros; en esa hora el sol se ocultaba entre montañas, el cielo reventaba de colores, naranjas, ocres, rojos y dos nubes de formas caprichosas filtraban rayos dorados y púrpuras. Dejé la manguera y te seguí; ya no tuve ojos más que para ti, desde ese momento te pienso con insistencia, he querido una y mil veces hablarte, pero solamente pensarlo me paraliza de miedo, se me seca la boca, no puedo articular palabra, siento remolinos en el estómago, co

Aparece

Aparece de una vez en este cielo Y colorea la mañana de naranja y rojo. Derrite este viernes, hazlo de acero líquido para el recuerdo de mi mala memoria Derrite estas calles, enceguece estos ojos ya vacíos de ver pasar el dolor con pasos ajenos ya vencidos sin remedio.

Arebatados se disparan los relojes

Arrebatados se disparan los relojes marcan acompasados y exactos tu tiempo de tormenta eléctrica. La tarde se alarma de sirenas los eslabones de tus cadenas entrelazan negativas.

Eres luz en la mañana

Eres luz en la mañana abres mi ventana despiertas mi corazón enciendes la sangre que se apaga a ratos con vientos de ausencias. Eres sol de la tarde despedida con un grito el espacio que gravito. Incendias estas paredes. La estrella nocturna que se pierde cada tanto y anuncia desvelos. Te encontré sin destino. en un camino desconocido.

Me acerco a los espejos

Me acerco a los espejos miope busco tu imagen tantas veces repetida. Vuelvo mi rostro a los espejos llamo por tu nombre y me envuelve el silencio el humo. Denso es el humo que me envuelve cuando no estas y me falta el aire y se atasca la sangre en las venas y pierden sentido las paredes.

Con los cambos de la tarde

Con los cambios de la tarde con cada golpe de reloj entras al mundo a mis sueños. Vienes con pies mágicos mojados de rocío. Con los cambios de la tarde con cada golpe de reloj toda sol toda naranjas. Violenta de colores irreal. En los cambios de la tarde en cada golpe de reloj tu cuerpo huele a lluvia tus palabras tu risa rebotan como eco en las paredes lisas.

Asalto I

Vienes cuando menos lo espero, llegas hasta mi de un brinco callada, me haces saltar desorbitar los ojos, busco en tus espacios vacíos el lugar de mis manos, tu sonrisa me asalta detrás de cada esquina y te encuentro metida de pronto en todas mis palabras, cansado del juego concluyo.

Voy por esta tarde

Voy por esta tarde que se hace fría sorprendido sin chaqueta ni bufanda. Las calles todavía húmedas de la garúa con sus pequeños pozos de otras lluvias son las mismas que a diario trajino muy de mañana en las tardes como hoy o en las noches arrugadas apagadas de madrugada.

Padre 72

Padre hoy viajaba como siempre entre la gente y pude reconocerte en los ojos rojos y vidriosos en la cabeza de pelo corto en la barba de tres días en esa vejez prematura de todos los bohemios solitarios poetas de las noches y las calles. Padre Allí estaban tus manos sosteniendo un cigarrillo tembloroso estaba tu piel curtida de sol estabas en el traje gastado ya sin brillo en la camisa sucia del descuido en los pasos inseguros. padre Hoy comprendo como nunca tu abandono.

Serie Un Hombre V

Un hombre decide una conquista sin mas razón que su instinto, movido quizás por un gesto dibujado en la transparencia de la lluvia. Planifica movimientos traza imaginarias líneas estratégicas, utiliza viejas y conocidas tácticas. Atropella Invade espacios no da tregua ni un respiro impone su presencia. Derriba finalmente las últimas barreras, clava su bandera, reclama todos los derechos y le son concedidos. Sumisas las pestañas se entregan, se cierran graciosamente, se abandonan a su destino de mujer y la victoria de este hombre se hace derrota inevitable, predecible estrepitosa, está perdido, preso para siempre, encerrado en los frágiles y engañosos barrotes de rimel de aquella mujer que pasó bajo la lluvia.

Serie Un Hombre IV

Un hombre se queda con la piel de una mujer entre las sienes. Duerme, amanece con ella y al abrirse los colores de la mañana, aún confundido en su sueño la extraña, la extraña de tal manera, con tal desespero, que abre los ojos ahogándose en el miedo de no encontrarla y le faltan manos para abarcarla y le faltan ojos para recorrerla y le faltan palabras y le sobra el aliento y siempre siempre le falta tiempo.

Serie Un Hombre III

Uno se encuentra sólo una vez con una estrella, casi sin notarlo se queda fijo en sus pupilas siderales, sin saberlo, sin darse cuenta se va desdibujando y ya no vuelve a encontrarse.

Serie Un Hombre II

Un hombre camina seguro entre edificios. En la red cree conocerse. Sigue sus pensamientos detrás de las líneas cambiantes que traza el humo del cigarrillo. Se afirma cada día en el aroma del café. Opina sin miedo a equivocarse de economía, política, arte, de geografía y de historia, afirma hechos, su experiencia la medida. Está informado y conectado con el mundo. Su palabra siempre viva adelanta su zapato. Un hombre entre edificios, en la red, afirma conocerse pero llega inevitable la hora señalada. Aquella mujer que alguna vez pasó sin sombra, de hombros dorados y pie menudo lo desnuda. Sus certezas se diluyen en estos ojos líquidos, incapaz de moverse se confunde en el silencio, se extravía en un color desconocido, se hunde en el abismo. Perdido el nombre ya no vuelve a encontrarse nunca. El qué, cuando y como se esfuman al amanecer.

Serie Un Hombre I

Hablo de un hombre, de mí, de un amigo, de quien pasó ayer a mi lado sin nombre y con sombrero. Hablo por todos: por quienes me darán la razón apenas la letra se diluya en su sangre y por aquellos que niegan y se niegan una y mil veces entre signos admirados. Hablo con voz prestada de rayo ciego a las dos de la tarde, del círculo y sus misterios de una palabra dicha entre silencios.

Serie Un Hombre

Una expresión grabada en tinta con punto y raya se mantiene fija en esta serie, para que tengas idea.

Regreso al Blog

Regreso al Blog a la Palabra Franca que me espera sin reclamar mi ausencia, mi olvido. Vengo de más allá del sur, la piel marcada por los glaciares, mirando en espejos de aguas el paso de pájaros mudos, arropado en mantas de neblina, envuelto en la ventisca de sal, de litio. En un hilo roto, una hilacha, una hebra desvanecida del recuerdo encontré la huella que perdí, la seña y contraseña. Vengo a rescatar la piedra pulida de los ríos, a enlazarla con la fibra grosera de la palma del moriche, a devolver su espacio a la palabra.