03122021
Leo las letras impresas
sobre la pálida línea.
Una y otra vez repito el rito
sin agotarme,
y en cada nueva oportunidad
vislumbro en las palabras
tonos más brillantes,
más densidad
en los oscuros acentos.
En cada pausado repaso
la inocente página
tan delgada,
tan suspiro,
tan frágil,
tan soplo,
con su principio de árbol
y su voluntad de crecer
contiene la ternura infantil
de asombros circunstanciales.
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