San valentín
A mis sobrinos, hijos y nietos, que no
vivieron los fabulosos años sesenta.
El 14 de febrero de 2020 Ramón Morales, mi
hermano, reenvió a mi dispositivo móvil un mensaje con las informaciones más
relevantes sobre la situación política de Venezuela, información que diarios
digitales recogen y publican para burlar la censura de una dictadura criminal
que nos impone Cuba desde hace 20 años, con el único fin de sobrevivir la
derrota de su sistema económico.
Mi hermano nos tiene acostumbrado a esa
información diaria y resumida, a este temprano desayuno, que quienes vivimos
fuera del país agradecemos. En esta oportunidad agrega al mensaje las
efemérides del día. Leo con atención que un 14 de febrero del año 2005 se lanza
Youtube y por supuesto, es inevitable la mención al acontecimiento más
importante del día, el centro de la atención del mundo, la celebración del día
de San Valentín.
Una escasa línea, casi irrelevante, se
cuela en la reseña para confirmar que en 1969 San Valentïn fue sacado del
santoral católico. Esas pocas palabras me desconciertan y no entiendo las
razones de la iglesia católica para deshacerse de un santo venerado en el mundo
entero, un santo y una celebración que impactan poderosamente la economía
en todo el orbe. Decido investigar las razones de lo que en apariencia es un
sinsentido, por lo demás, convencido que la iglesia católica no actúa a la
ligera y siempre, poderosas razones están detrás de sus disposiciones
eclesiásticas.
En la Biblioteca Pública de Indianápolis
encuentro un grueso volumen titulado Documentos Apócrifos del Vaticano, al azar
y sin convicción paso las páginas sin saber exactamente lo que estoy buscando,
lo que quiero encontrar. La buena fortuna acompaña al investigador inocente y
tropiezo con un texto que relata algunos acontecimientos del papado de Paulo
VI, quien presidió la Santa Sede desde 1963 y hasta 1978.
Su pontificado coincide con la fecha en que
San Valentïn fue eliminado del santoral. En esos años, comenta el relator, el
Vaticano se enfrenta a un peligroso movimiento no religioso, un movimiento
social liderado por la clase media y encarnado en las juventudes de todo el
mundo, que desafía abiertamente los códigos morales, el comportamiento sexual
que desde los púlpitos católicos se impone. El llamado al amor libre, la
igualdad entre los sexos, la reivindicación de las relaciones sexuales como un
acto legítimo del ser humano y el control de la natalidad por métodos
científicos y no divinos rompen con los dogmas impuestos a toda la sociedad
desde el Vaticano. El vicario de Cristo se opone abiertamente a esa conjura,
contra la propuesta de liberación sexual la alternativa es el matrimonio, la
debida obediencia de la mujer al hombre y además, niega a sus fieles el uso de
anticonceptivos, que son desarrollados por la ciencia y aprobados por los
gobiernos.
Paulo VI descubre que San Valentín encarna
precisamente los postulados del amor libre, de la paz universal, el valor de la
amistad que proclama esta revolución y aprovecha el Concilio Vaticano II para
realizar un maquillaje a la imagen de la iglesia y en 1969 junto con otros
cambios deja a San Valentín fuera del santoral católico, el Papa teme que
pueden convertir a San Valentín en un icono de la liberación sexual y hacer un
daño irreparable a la iglesia.
Según algunos textos San Valentín era un
eterno enamorado y en Roma
impulsaba el amor entre los soldados romanos y las mujeres cristianas,
contradiciendo abiertamente las disposiciones del Emperador romano Claudio, El
Gótico, quien lo manda decapitar en el año 270.
Según el relator de estos Documentos
Apócrifos del Vaticano, el Papa Paulo VI ordena escribir varios textos sobre
San Valentín, en los cuales expresamente el santo promueva los postulados de la
iglesia. Transcribo a continuación uno de los textos escritos por orden del
Papa, hago la salvedad, que no es el texto oficial aprobado finalmente.
San Valentín fue uno de los tres mártires
ejecutados por el Imperio Romano. Se cuenta, que el santo, a pesar de la
persecución de que era objeto el culto, se dedicaba a casar a los jóvenes
soldados romanos con sus damas cristianas en las bodegas de las cárceles,
contraviniendo las órdenes del Emperador Romano Claudio II, quien al enterarse,
manda capturarlo y en principio, únicamente quiere expulsarlo del país, pero
por influencia de altos funcionarios, que temen al santo, ordena decapitarlo.
En prisión, mientras espera se cumpla la atroz condena, se enamora de la hija
del juez que era ciega y oró con fervor de santo, pidió a su Dios con la fuerza
de un enamorado, clamó al cielo para que la joven, quien es dueña de sus actos,
su pensamiento, sus sueños, obtenga el favor de Dios y pueda ver la magnífica
creación del Señor.
Llega el día fijado y mientras es
trasladado a la plaza para ser decapitado, empujado y golpeado con violencia
por sus captores, Valentín, con la fuerza y la entereza que únicamente da el
amor, logra en un instante mantenerse firme al lado de la joven, le entrega un
pedazo de papel que mantiene resguardado en el puño de la mano izquierda, su
corazón late con mayor fuerza al sentir el aliento de virgen de su amada
y le dice con voz de ferviente enamorado !léelo!. Ella completamente
desconcertada no sabe qué hacer, las palabras de aquel hombre, que dentro de
poco será decapitado la hacen arder en una fiebre súbita. Ella sabe que no
puede leer aquel papel, sabe que él también conoce su ceguera, pero la dulce
voz del hombre acusado de ser cristiano la impulsan a abrirlo, fija su mirada
ciega en aquel papel y resplandecen ante sus ojos las palabras !tu Valentín!
En el momento que ella lee las palabras
escritas por el santo, la cabeza de Valentïn cae al suelo desprendida de un
solo tajo por el eficaz verdugo, ella grita !Milagro! Valentín le ha dado luz a
mis ojos ciegos y puedo ver claramente la injusticia.
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