Aquí encontraras poesía y cuentos que esperan por ti.
Las palabras, como cada uno de nuestros actos dejan huellas, que pueden ser efímeras, indelebles, imprecisas, gastadas.
Estas son mis huellas grabadas sobre el espejo para su uso indiscriminado.
La aguja del velocímetro asciende peligrosamente y enciende las alarmas, pero Asdrubal Infante no pierde el tiempo en mirar el tablero, sus ojos están fijos sobre la carretera. Intenta ver más allá de los espejismos de la lluvia, más allá de esta noche, de este imprevisto, que no detiene su carrera, ni es capaz de obligarlo a bajar la marcha. El despiadado aguacero, tampoco logra contener el curso de los acontecimientos, que implacables, desbordan finalmente todos los controles que ellos han impuesto con sangre. Los últimos sucesos contravienen la lógica del miedo que instalaron con saña y con la impunidad de quienes manejan todos los poderes. Gruesos ramalazos de agua sublevados y en desorden, impulsados por los golpes frenéticos de un viento liberado de una cárcel de veinte años, arremeten furiosos contra el parabrisas, el auto, una camioneta negra todo terreno se estremece, la visibilidad es escasa, pero estos no son suficientes contratiempos para bajar la velocidad. Asdrubal Infant
Vieja y desdentada dictadura. Alerta!! Se han encendido las alarmas. Ya no puedes ocultar tu lengua de víbora amarilla afilada en la piedra de las mentiras. Te delata el olor del lodo y del soborno y te preceden los gritos de los hornos. Hoy caminas con zapato roto y las promesas incumplidas no alcanzan para un voto. Alerta dictadura: Julio se acerca para instalar la dignidad. La fuerza no ayuda para esconder las imposturas, las amenazas no espantan a las vendedoras de empanadas que quieren el abrazo de María y salir sonriedo en la fotografía. Retumba el paso firme de las mujeres, de las madres, de las abuelas, que han vencido al hambre en cien batallas sin resignarse. La justicia no da treguas, el círculo se cierra y Agosto será nuestro mes de la esperanza.
Si yo logro honestamente, más allá de la tiranía del instinto, si alguna vez yo consigo sin imposturas, más allá del impulso primitivo, mirar con total libertad, en lo profundo de los ojos, a una mujer, podré alcanzar el mayor de mis triunfos.
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