El Oro de la Tarde 11
Déjame tu boca por un instante
y cruzaré los mares
convertidos en campos de lavanda.
En tu boca entonces florecerán mis labios.
Déjame mirar tu espalda
y recorrerla ante un sol de asombros.
Crecerán espigas doradas
en tus alas de Ángel.
Oye mis palabras,
presta atención al tono de mi voz.
Cambiaré el ronco sonido del vacío
por el de un viento de promesas.
Comentarios