El oro de la Tarde 3


 

El oro de esta tarde

de domingo

sin misa ni oración

quedó grabado

sobre espejos mohosos

de lluvias pasadas.


Sobre lagos y charcos

de azarosa angustia

se repiten los brillos

enfrentados a las sombras

a la noche y su amenaza.


Sobre el tiempo

que marcan los relojes

apostados en las iglesias

como guardianes

inflexibles, exactos,

también se graba

el oro a chorros


Más allá de la memoria

y la distancia,

el oro de tu risa

el oro de tus besos

el oro de tu piel

está grabado

en alguna parte de mis jotas

y empuja los pasos

contra la amenaza de la noche última.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un intento por adivinar mañanas

Clinicamente muerto

Escape desde las fronteras imposibles del sueño