Las mentiras de Bastidas

 

La mentira es un largo camino de obstáculos, aquel que se atreve a transitar ese peligroso sendero erizado de dificultades, avanza a tropezones esquivando heridas. De un atolladero se  salta a otro y el único asidero es la confianza ciega en mantener el engaño.

Quién miente sabe que entra en un laberinto con escasas posibilidades de éxito, es plenamente consciente de su situación, pero confía en la incertidumbre para crear sospechas, para inyectar dudas. En el instante que construye la mentira se convierte en rehén de sus palabras, está encerrado tras los barrotes del engaño y sus actos son los destellos de una farsa de continuas improvisaciones.

Yeirson Bastidas conoce de mentiras, su vida es una farsa, una puesta en escena. Permanece impasible, sin remordimientos ni arrepentimiento alguno y afirma resentido frente al cruel espejo que lo repite, que él debe arrebatarle al destino las oportunidades que le fueron negadas.

Bastidas pertenece a las temidas Fuerzas de Acciones Especiales (FAES). Como todos los integrantes del grupo viste de negro, utiliza armas sofisticadas, cubre su rostro con una máscara aterradora, y actúa con impunidad bajo la protección de un régimen criminal. Como todos los que protegen al usurpador, gira en una espiral de maldad.

El (FAES) pertenece a la Policía y está altamente especializado en el exterminio de los ciudadanos. Todo aquel que se atraviesa en el trayecto de sus balas, o queda atrapado en medio de sus dudosas operaciones, es asesinado extraoficialmente.

Bastidas sabe por experiencia que la mentira es una gota de duda capaz de abrir profundas grietas en las certezas, que en medio de la asfixia es posible llegar muy lejos y para mantener el engaño debe utilizar estudiados silencios circunstanciales, estirar las palabras hasta endulzarlas y componer con renovadas mentiras el mensaje envenenado.

Yeirson Bastidas lleva vidas paralelas. Antes de iniciar su entrenamiento en el grupo (FAES) se le instruyó para que mantuviera en secreto, incluso, de la propia familia, su condición de policía de las Fuerzas Especiales y Yeirson se transformó en un maestro del engaño, en una sombra que vive entre el misterio.

Bastidas se destaca de sus compañeros de promoción y rápidamente asciende a Jefe de Grupo de Tareas, porque ciegamente cree en los principios básicos de esta fuerzaque consisten en recibir órdenes. Cumplir órdenes. No cuestionar órdenes.

Desde hace un año su trabajo consiste en la persecución, captura y asesinato de quienes se oponen al gobierno. Tiene órdenes expresas de liquidar con disparos en la cabeza a sujetos que participen en las manifestaciones, los blancos deben ser jóvenes, ya que estas muertes causan más dolor, más miedo y logran el efecto de paralizar a la población. Eso dicen los instructores cubanos.

Hoy nuevamente el (FAES) está desplegado en las calles, los opositores intentan entregar a los policías y militares un documento que les otorga amnistía, si deciden enfrentar la dictadura. Bastidas se encuentra en posición de tiro, busca un objetivo a través de la mira telescópica de su fusil y se paraliza. Retira de inmediato el dedo del gatillo. Su hija y sus inocentes quince años, con  otros cientos de miles ondeando el tricolor nacional, avanza al frente de la marcha, lleva puestas las sandalias que él le regaló. Sabe que su hija se ha convertido en objetivo, es la imagen que deben abatir, sus compañeros le van a disparar, le van a volar la cabeza a su bebé. Bastidas es ahora un hombre fragmentado, abandona su posición y corre hacia el grupo de manifestantes gritando “Yo quiero la amnistía”. Algunos compañeros del (FAES) lo acompañan. Hoy no hay muertos por quien llorar.

 


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