Un aburrido día más
Hoy es día del cumpleaños de Bárbara Torres y decido publicar este texto que escribimos a dos manos y estaba en el olvido.
Hace rato que intenta recordar la letra de una canción y no lo consigue, la distraen otros pensamientos, otras ideas interrumpen su escasa concentración. El ritmo de la canción que intenta recordar se cuela en sus oídos y deja la huella de un recuerdo. El sonido de la canción se instala como un intruso dentro de su cabeza y la obliga a imitar con desaforado entusiasmo el golpe insensato de la percusión que crea la necesidad de bailar. El son de esos retazos de música que la memoria le trae siembra la extraordinaria y confusa idea, que en la letra de esa canción hay un mensaje oculto. Ella continuamente está viendo señales, posibles mensajes, guías que debe seguir, intuye que en la letra que no recuerda va a encontrar las pistas necesarias que le permitan descubrir otro de esos rasgos de su personalidad que desconoce.
Ella es fanática de cantar a toda hora, la música, las letras y los ritmos de canciones le sirven para pasar más rápido las horas de sus aburridos días. Recuerda ahora, que la primera vez que escuchó la canción ella estaba en la casa de Mercedes. Su amiga Natalia, Esteban y ella, se encuentran apartados del resto del grupo, no bailan y eso le extraña, en esas reuniones ella es la más entusiasta para envolverse en la música ante los ojos de los que quieran verla y aprender a llevar debidamente el compás.
La imagen del recuerdo le oculta con maña la letra de la canción pero le trae el rostro de Natalia que estrena provocativa sobre los labios un nuevo color, un llamativo azul cobalto, que despierta el deseo en la imaginación.
El recuerdo la molesta y no sabe la razón del enfado que comienza a crecer. La imagen de su recuerdo es cada vez más clara, Natalia le ofrece a Esteban con descaro su boca, sus historias, ella en cambio intenta acaparar la atención de Esteban con su silencio torpe, pero no lo consigue, él está hipnotizado por la boca que Natalia le ofrece, pero no hace nada por conseguirla.
Un arrebato de rabia la sacude, en un primer momento cree que es un ataque de celos rabiosos contra su amiga, pero desecha la idea y en cambio descubre, que verdaderamente lo que la enfurece es la actitud, la cobardía de su amiga Natalia. No logra encontrar la letra de la canción que se le esconde, se disfraza con otras imágenes y le deja una carga insensata de ira que intenta dominar.
Su mamá la llama, es la cuarta o quinta vez que su mamá pide ayuda esta mañana y la obliga a dejar a un lado los recuerdos, esconde el berrinche dentro del grito ¡Ya voy!.
Camina por la casa siguiendo la voz de su madre y a regañadientes se prepara para un discurso, o un reclamo, o una de esas urgencias de su madre, que bien puede esperar. Su madre simplemente le pide lavar la ropa y ella acepta sin discutir, esta sencilla labor le facilita la posibilidad de hundirse en sus pensamientos y quizás se calme.
Coloca las prendas en la lavadora, solamente ropa oscura, recuerda la última discusión con su madre por lavar la ropa blanca con la negra y retoma con la marcha del motor de la lavadora el ritmo de la canción, se esfuerza en conseguir aunque sea una estrofa pequeña, pero nuevamente el recuerdo la obliga por el rumbo del fastidioso pensamiento de Natalia y Esteban, es imposible escapar del capricho que su cabeza le impone.
A ella le atraía Esteban, solo un poco, congeniaba con sus ideas y le parecía atractivo, nada más que eso. Descubre que lo que la enfurece es que su amiga fuera tan lenta para conquistar a Esteban.
¿Acaso no sabía lo estupenda que se veía aquella noche?
¿Acaso no se daba cuenta, que ese color de labios le quedaba matador?
Dio un par de vueltas ansiosa en el cuarto de lavado hundida en los recuerdos. Natalia estaba enamorada de Esteban, lo había visto aquella noche y eso lo aceptaba "Amistades antes que amores" Era el famoso lema que ellas respetaban, pero lo que verdaderamente la molesta es ver a su amiga temerosa, sabe que Natalia nunca acepta consejos y seguramente seguirá perdiendo el tiempo.
¡No es tan difícil piensa! Ella misma había estado cerca de besar a Esteban de forma accidental y ahora no puede dejar de pensar en ese momento y se lo reprocha. Su amiga Natalia es lo suficientemente hermosa y audaz para lograr conquistar y mantener a su lado aquel chico y todos lo que ella quisiera.
Se sorprendió al escucharse, estaba nuevamente hablando sola y en voz alta. Decidió buscar el teléfono para escribirle a su amiga y obligarla a actuar rápidamente. Recordó todas esas ocasiones en las que ella se había encontrado en una situación similar y su amiga le había dado las fuerzas y consejos que ella necesitaba oír cuando se sentía cobarde. Mientras escribe un apresurado mensaje a su amiga el grito furioso de su madre la obliga a soltar el teléfono y salir en estampida.
El agua de la lavadora se está botando!!
El pequeño cuarto de lavandería está inundando y el agua amenaza con entrar en los cuartos como un río desbordado, tiene que ocuparse con urgencia del desastre. Con un suspiro resignado decide que es mejor hablar con su amiga cuando esté desocupada, más tranquila, menos ansiosa. Mientras empuja el agua derramada hasta el desagüe intenta recordar la canción y a ritmo de golpe de agua y haragán canta a todo grito la canción que finalmente recuerda.
Cuando pierda todas las partidas
Cuando duerma con la soledad
Cuando se me cierren las salidas
Y la noche no me deje en paz
Cuando sienta miedo del silencio
Cuando cueste mantenerme en pie
Cuando se rebelen los recuerdos
Y me pongan contra la pared
Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré
Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
Resistiré, resistiré
Cuando el mundo pierda toda magia
Cuando mi enemigo sea yo
Cuando me apuñale la nostalgia
Y no reconozca ni mi voz
Cuando me amenace la locura
Cuando en mi moneda salga cruz
Cuando el diablo pase la factura
O si alguna vez me faltas tú
Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré
Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
Resistiré, resistiré.
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