07062020

 Una vez más el seis  de julio registra

-ese insólito primer aliento-

punto de partida, principio del sendero. 

Un seis como hoy, del mes de julio, comienzas el camino,

la incierta ruta que tu destino dibuja.

En la obsesiva búsqueda de tu huella 

el tiempo señala hoy casi media jornada cumplida

y en la ficción de un espejo que te refleja, 

por razones que desconozco, con falsas artimañas

muestra tu imagen disociada de tres tiempos verbales.

El inasible presente circunstancial. 

El siempre impreciso pasado. 

El misterio del futuro incierto.

Y  esa imagen fragmentada no te representa.

Eres por cierto el todo de una conjunción planetaria

que articula y reúne en el uno absoluto de tu nombre

el insostenible instante presente, 

el lúcido recuerdo, el incomparable mañana,  

la esperanza como norte, la fe como alimento.


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