Grecia VI
Dime; si acaso lo sabes. Contesta: Por qué me envuelve este torbellino áspero y me empuja y arrastra contra serios cuchillos negros y sin punta. Por que el cielo se cierra de sombras y a mis gritos responde con fogonazos y ecos de abismo. Por que el mar se violenta y Las olas roncas revientan latigazos. Por que todos mis caminos se cruzan y no encuentro rumbo en encrucijadas de polvo. Dime; si acaso lo sabes. Responde: Por que al pronunciar tu nombre, tu mágico nombre, como un conjuro el torbellino se hace brisa, dulce caricia. El cielo se ilumina si me miro en tus ojos. Un mar tranquilo llega a besar mis pies y tus labios marcan el camino.