Estudio para Alzheimer III (en construcción)
Todo aquel que escribe o quien lo ha intentado alguna vez, incluso los lectores, saben que se borra, se tacha, se elimina, se vuelve a escribir y un día al fin se concluye el texto. Hoy estoy pidiendo tu ayuda para concluir este poema que mantengo en construcción.
La manera de participar es la siguiente:
Repite todo el poema incluyendo tu intervención, si quieres puedes marcarla en negrillas, puede ser una palabra, una estrofa, una coma, un punto, un espacio; el cambio que creas conveniente, sin argumentos ni justificaciones. Habrás intervenido el poema y será tuyo, o de todos y quedara editado con tu nombre al enviar tu comentario.
Gracias.
Atravieso
el tortuoso camino
de esta memoria
mía
con nubes deshechas
sobre un cielo impreciso.
Trazos desordenados
que alguna vez
fueron códigos
se deshacen.
Es la hora
de pasos prestados
vacilantes.
El olvido.
Me acompaña
a ratos
esta vieja costumbre
de oficio animal
golpe certero
de martillo rutinario
sin peso los sonidos
en huida franca el eco.
Pasillos de espejos
repiten
imágenes y rostros
desconocidos
en los extremos
invariablemente
puertas cerradas
pasada la llave
del misterio y del silencio.
A tientas
tomo las escaleras
intento desesperado
un sólo sentido las orienta
el sótano y
sombras de dientes apretados
fiera la esquina
con su paciencia de piedra
me aguarda.
Tropiezo
caída
y vuelta a tropezar
no encuentro las palabras
ni las capsulas de recuerdos
en este laberinto
el grito es una imagen borrosa.
Me pierde
me derrota
la ira y la ceguera
me asfixia el vacío
me ahoga la nada.
Entonces el llanto
el abandono.
La manera de participar es la siguiente:
Repite todo el poema incluyendo tu intervención, si quieres puedes marcarla en negrillas, puede ser una palabra, una estrofa, una coma, un punto, un espacio; el cambio que creas conveniente, sin argumentos ni justificaciones. Habrás intervenido el poema y será tuyo, o de todos y quedara editado con tu nombre al enviar tu comentario.
Gracias.
Atravieso
el tortuoso camino
de esta memoria
mía
con nubes deshechas
sobre un cielo impreciso.
Trazos desordenados
que alguna vez
fueron códigos
se deshacen.
Es la hora
de pasos prestados
vacilantes.
El olvido.
Me acompaña
a ratos
esta vieja costumbre
de oficio animal
golpe certero
de martillo rutinario
sin peso los sonidos
en huida franca el eco.
Pasillos de espejos
repiten
imágenes y rostros
desconocidos
en los extremos
invariablemente
puertas cerradas
pasada la llave
del misterio y del silencio.
A tientas
tomo las escaleras
intento desesperado
un sólo sentido las orienta
el sótano y
sombras de dientes apretados
fiera la esquina
con su paciencia de piedra
me aguarda.
Tropiezo
caída
y vuelta a tropezar
no encuentro las palabras
ni las capsulas de recuerdos
en este laberinto
el grito es una imagen borrosa.
Me pierde
me derrota
la ira y la ceguera
me asfixia el vacío
me ahoga la nada.
Entonces el llanto
el abandono.
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