Grecia VI

Dime; si acaso
lo sabes.
Contesta:

Por qué me envuelve
este torbellino áspero
y me empuja
y arrastra
contra serios
cuchillos negros y sin punta.

Por que el cielo
se cierra de sombras
y a mis gritos
responde con fogonazos
y ecos de abismo.

Por que el mar se violenta
y Las olas roncas
revientan latigazos.

Por que todos mis caminos
se cruzan
y no encuentro rumbo
en encrucijadas de polvo.

Dime; si acaso
lo sabes.
Responde:

Por que
al pronunciar tu nombre,
tu mágico nombre,
como un conjuro
el torbellino
se hace brisa,
dulce caricia.

El cielo se ilumina
si me miro en tus ojos.

Un mar tranquilo
llega a besar mis pies
y tus labios
marcan el camino.

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