Papeles Sueltos II
Ordenas el tiempo
que crees te pertenece,
desconocidos
con rostros de relojes
descompuestos
al compás de angustiadas
agujas desbocadas,
sobre gruesos
números romanos,
saltan de un tren
en movimiento
y te arrebatan
las horas indefensas
los débiles minutos
hasta el mínimo segundo.
que crees te pertenece,
desconocidos
con rostros de relojes
descompuestos
al compás de angustiadas
agujas desbocadas,
sobre gruesos
números romanos,
saltan de un tren
en movimiento
y te arrebatan
las horas indefensas
los débiles minutos
hasta el mínimo segundo.
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