10112024
En la madrugada,
en esas horas lentas
pesadas de silencios,
el oficiante de turno
hace un examen riguroso,
coloca con esmero
puntos sobre las ies
y acento en corazón.
En cambio,
en tu presencia,
el oficiante de turno
pierde los papeles
y sincero reconoce
que el miedo lo sacude,
en busca de un mañana posible
se extravió detrás de tus ojos
y es imposible encontrarse.
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