En tus aguas

En tus aguas
apagué el incendio.

En tu voz
se quedó la mía
de toro salvaje.

Tus pasos
guiaron mis días
y olvidé mi sombra
sigilosa clandestina
entre tus piernas.

La cantera de años
rompió mis piedras.

Cuando quedé
finalmente sin fuego
y ya no tuve voz
ni rumbo,
ni sombra,
ni piedras,
sonó tu adiós.

Se fugaban tus manos cálidas
ante mi asombro.

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