12302024 CC

 


Las contadas horas: 

soldados inflexibles,

marchan alineados

bajo el orden riguroso

de implacables agujas 

en punta de acero

y feroces, consumen el día.


Los minutos y segundos

avanzan sin tregua 

sobre el campo minado

de exigentes afanes,

de obligaciones, deberes,

labores impostergables.


Detrás de legítimas tareas

me acecha un enemigo: 

la  sombra aguda del olvido.


El silencio, filo de hielo,

espacio de ausencias,

amenaza duelo.


Crecen mis temores,

el demonio de la duda 

abre zanjas turbias,

pero tu suspiro 

lleno de promesas,

tu susurro comprometido 

se impone, me rescata,

y me obliga a escribir

estas líneas -agradecido-.


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