12182024

 


Alzado sobre la cumbre

de mis propios desastres,

 exhibí ayer el orgullo

de mis pobres proezas.

El silencio es maestro inflexible

y hoy reconozco  

ser instrumento 

de circunstancias ajenas,

de vivir bajo la amenaza constante

de tres cuchillos relucientes,

qué afilados y en punta

recorren sin detenerse

una esfera de números pacientes,

mientras yo me oxido lentamente.


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