12212024

 

 

Mi tierra es antigua

-de edad indefinida-. 


Roraima se levanta 

sobre esta tierra mía

y se citan aqui 

los dioses y los vientos, 

y brotan tepuyes 

como voces oscuras.


Mi tierra es más

que el susurro 

de piedras pulidas

que arrastra el Orinoco.


Mucho más que el viento 

y el polvo de Araya, 

y de los médanos de Coro.


Es más que la orilla del Caribe

sus arenas blancas y 

su playa colorada.


Es  más, mucho más, 

que el salto vertiginoso 

de un ángel desde el cielo.


Y es todavía más,

que el pico nevado

de los Andes.


Es también, mucho más,

que un límite geográfico 

en donde crecen orquídeas, 

araguaneyes y cundiamores.


Mi tierra es más 

qué fronteras flexibles

apenas visibles; 

es la  herida

que me acompaña 

y no se cierra. 


Son las franjas 

de una bandera tricolor

y sobre el azul 

luminosas estrellas 


Es cada día

el dolor de las noticias,

el tamaño enorme 

de la injusticia.


Es un horizonte abierto,

una canción  que lamento,

un afecto y un desencuentro.


A donde me lleven 

los pasos del destierro

la tierra de mis abuelos 

me acompaña,

y por eso no soy paria, 

ni extranjero.


Mi tierra es el tono 

inconfundible de este acento,

es el ritmo de la sangre 

en cada movimiento,

y la obligación de ser gente 

en todo momento.


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