El negro Castro

 El negro Castro


Quienes conocen al negro Castro, aseguran, que es una hombre obstinado, en cambio, el negro Castro piensa de sí mismo, que él es una persona totalmente centrada, enfocada, y afirma, con convicción, que es una cualidad poco común la que él posee. 


La imagen que tenemos de nosotros mismos es diferente a la que refleja el espejo en donde nos miran los otros, desde ese espejo ajeno, la imagen repetida no es idéntica, tiene sutiles variaciones que la hacen diferente e incluso, en oportunidades, la imagen puede ser contradictoria.


El negro Castro muestra el Cangrejo de Oro a quienes lo acusan abiertamente de testarudo. El Cangrejo de Oro es un premio otorgado a quienes logran resolver complicados y difíciles casos policiales. El negro Castro recibió su Cangrejo de Oro al investigar el entramado de un complejo acto criminal, que involucró a importantes personajes de la política. Ninguno de sus compañeros quiso investigar el caso, y él, impulsado por su olfato de sabueso, de investigador nato y sobre todo, fiel a su propia interpretación de los hechos, sin importarle las especulaciones y acusaciones en su contra, contraviniendo en oportunidades la norma, logró resolver el caso con éxito.


En países serios como Inglaterra el premio tendría el nombre de el “Sabueso de Oro” pero en este país de cínicos, que vive bajo la dictadura de una constante humorada, en donde se le llama “Cangrejo” a los casos policiales  no resueltos, el premio no puede tener otro nombre. Definitivamente, este no es un país serio.


El negro Castro ha demostrado en varias oportunidades la eficacia de manter su pensamiento enfocado y aunque transita caminos inusuales en busca de la verdad, mantenerse centrado le permite trazar estrategias correctas desde diferentes perspectivas y a pesar de generar situaciones conflictivas, el negro Castro logra buenos resultados en la lucha contra el crimen. 


El negro Castro llegó por méritos propios al rango de Capitán en la policía científica y hoy se encuentra al mando de la División de Crímenes Cibernéticos. El negro Castro se destacó de inmediato por su capacidad innata para vislumbrar huellas difusas en los imbricados tejidos de las redes informáticas y resolver casos relacionados con el mundo virtual.  

 

A una hora imprecisa de esta mañana, la Doctora Francisca Fernández, sin esperar ser anunciada, desconociendo el volumen de su cuerpo, sin consideración alguna con el poco espacio de la Oficina del negro Castro, atravesó con cierta dificultad la estrecha entrada y metió integramente toda su voluptuosa humanidad en la Oficina del negro Castro. Con cuatro pasos seguros y sonoros, se plantó, inmensa, frente al escritorio. En  esos escasos segundos que le tomó llegar frente al negro Castro, meneó con orgullo sus caderas descomunales, contenidas con esfuerzo dentro de sus pantalones ajustados, mostró complacida los hombros, que su blusa blanca y sin mangas dejan al descubierto, mientras una hilera de botones diminutos, que amenazan reventar los ojales al menor suspiro de la mujer, sujetan los pechos, dos mundos que luchan por liberarse. 


Francisca Fernández se detuvo frente al escritorio y sonrió. La mirada de asombro y el silencio del Capitán, le indicaron a la Doctora, que luego de la turbulencia causada por su entrada, tenía toda la atención del hombre. 


Enorme y todavía de pie, con voz de experta, con conocimiento pleno de los hechos, le informó al Capitán de un crimen cibernético. Denunció, que  desconocidos habían robado la Base de Datos de la Clínica Inglesa y  afirmó, que los cortafuegos que ella había instalado como medida de seguridad, le indicaban que el robo había ocurrido cuatro días atrás.


El negro Castro la invitó a sentarse y antes de que él pudiera formular alguna pregunta, ella, todavía de pie, extendió la mano para presentarse formalmente y dueña de su voz y más ún de su cuerpo, dijo.


-Mi nombre es Francisca Férnandez. Soy la Directora de Seguridad de la Clínica Inglesa. El robo de datos es un crimen detestable, la información de los pacientes es confidencial y en la Clínica somos responsables de mantener esos secretos a salvo. Una noticia como esta, compromete seriamente la confianza de los pacientes en la Clínica y su seguridad. Nosotros agradecemos tratar el asunto con la máxima discreción y si es posible, que sea usted, quien se encargue de la investigación. 


-Al violentar el protocolo de seguridad para acceder a nuestra Base de Datos, los intrusos dejaron sus huellas, el sistema está construido para retener ese rastro, puede comprobarlo desde mi teléfono. Con un gesto entregó el dispositivo móvil y guardó absoluto silencio.


Durante algunos minutos el Capitán manipuló con dedos frenéticos el teléfono de la Doctora, un detalle lo obligó a detenerse por unos segundos, dejó el teléfono sobre la mesa y con la misma destreza con la que manipuló el móvil, buscó información desde su computador en las plataformas de información policiales, finalmente se detuvo y con tono de duda, con un resto de su propia ignorancia y algo de burla, preguntó.

 

¿Qué interés puede tener una lista de enfermos?


Sin titubear, convencida de la importancia de resguardar los datos de los enfermos de la Clínica y lo relevante de la información contenida en esa lista, la Doctora Francisca, enumeró por orden de importancia algunos aspectos de interés para los ladrones de datos y lo peligroso que puede resultar esa información en poder de personas sin escrúpulos. 


El negro Castro volvió a la pantalla de su su computador y con un nivel de abstracción envidiable, se internó en el laberinto de rutas abiertas. Al cruzar ciertas informaciones descubrió una grieta, en la triangulación de sucesos de la última semana localizó una débil coincidencia consistente con el robo de los datos de la Clínica Inglesa.


Entregó el teléfono a la Doctora y le pidió una lista de familiares de empleados de la Clínica con necesidades de un trasplante de órgano, sin hacer preguntas, ella se empeñó en la búsqueda y al cabo de unos minutos tenía un nombre. La esposa del Gerente de Sistemas había sido trasplantada cuatro días atrás.


El Capitán miró a la Doctora, entregó en esa mirada la responsabilidad de las acusaciones criminales correspondientes a la Directora de Seguridad de la Clínica Inglesa y dijo. 


-Un donante de órganos sano, en la lista de la Base de Datos de la Clínica, sufrió un accidente ridículo, el hígado del donante salvó a una niña de diez años. Esta información está en los noticieros, que se han propuesto una nueva cruzada y han desplegado una campaña de sensibilidad, para convertir a los ciudadanos en donantes. 


-El mismo donante, entregó su corazón a la esposa del Gerente de Sistemas. Esa no es noticia para los noticieros, pero puede ser información valiosa para usted, que busca ladrones de datos.


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