Serie en la cocina


VI
En esta cocina
la amenaza dibuja esquemas
con vapores subidos de tono.

En un pestañear
con el paso de un recuerdo
se omiten detalles.

En un suspiro
enredado en el hilo roto
de un olvido
se instala el descuido.

Apenas un instante
ausente la norma,
se violan códigos,
protocolos
y se exige la asistencia
inmediata de fuerzas
supremas de vigilancia.

Se hace urgente,
necesario,
el auxilio de los sentidos.

La hora es de apremios.

El agua deja de ser dulce,
se eriza en los fuegos
pierde compostura
rompe a borbotones
y al menor contacto
lacera la piel
con latigazos inclementes,
deja para siempre
una seria advertencia,
una señal, una marca,
un tatuaje, una culpa
y la carrera obligada
entre gritos
a la emergencia.

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