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La puerta inaudita

La puerta inaudita La duda es un impulso exigente. La duda nos obliga a mantener un movimiento frenético para lograr desentrañar la verdad, pero también, estoy convencido, es un elemento capaz de lograr el efecto contrario en ánimos desprevenidos y puede llevarlos a la esquina de la parálisis, al oscuro desencanto absoluto. Desde hace mucho intento encontrar una respuesta razonable, convincente, a la interrogante del origen del hombre, pero son mayores las dudas que mis escasas   certezas. Los caminos me han conducido a vértices y abismos que no comprendo, seguramente me falta la inteligencia y el   conocimiento necesarios para traspasar esa puerta, pero mantengo el interés de quien necesita respuestas y las busca sin descanso. Existen muchas teorías sobre la verdad del origen del hombre, algunas apuntan a la existencia de una cadena aleatoria de eventualidades. Otras, en cambio, concluyen que circunstanciales combinaciones siderales, conjugadas en debidas proporci...

El llanto incontenible de un hombre

Gruesos lagrimones corren incontenibles. Húmedos hilos de estambre marcan mi rostro congestionado, resbalan por la piel, forman surcos inéditos y dejan una huella traslúcida, crean nuevos caminos y vertientes inusitadas. El daño interno es casi insufrible, el dolor se potencia terriblemente cada momento. Me es imposible contener esta sensación de ardor, siento que me abraso, que me consumo, que me quemo. Hay quienes al verme en este estado lamentable, en un intento por ayudarme, por reconfortarme, me miran desde lejos   y   entre dientes pronuncian palabras de solidaridad. Ellos creen entenderme, porque alguna vez atravesaron una situación similar y salieron adelante, es una ayuda muda, un auxilio al fin y al cabo justo, que en este momento, están seguros que yo necesito. No se hace esperar más tiempo y puedo leer en labios de todos ellos esa vieja afirmación que quieren significar que me comprenden: “hermano, es natural tu dolor, tu sufrimiento” Pero aquí, sentado en ...

Historia de un romántico

A mi amigo Alexander Bauza, a quien le debo la referencia de esta singular historia. Andrés, mi primo, es un romántico. Únicamente un romántico vive situaciones extraordinarias, pasmosas, notables, yo creo que hay que dejar constancia y contarlas. Mi primo, con el entusiasmo de los veinte años se ha convertido en defensor del mundo en peligro, un activista de causas para el olvido y participa en diferentes grupos. El último grupo al que se afilió pretende proteger para las próximas generaciones y también para el mundo la Amazonia. Con este grupo y para conocer los peligros que amenazan la Amazonia llegó a Belo Horizonte, en el Estado de Minas Gerais, al sudeste de Brasil, desde allí, jóvenes venidos de todas partes fueron trasladados en camiones a más de 700 kilómetros y tras tres horas de caminata por la selva llegaron al territorio de los indios Xacriabá, localizado al norte de Minas Gerais. Los sentaron a todos en el suelo de un patio circular y les entregaron cuencos con ...

La secreta incógnita de los imponderables

La secreta incógnita de los imponderables A Fer: La falta de premios no agota la esperanza, el triunfo consiste en seguir adelante. Con buena salud he pasado de largo este último invierno y llego a la primavera con el atrevimiento de seguir vivo y con nuevos bríos. A los setenta años se aprecia la salud mucho más que el dinero. Se valora la fortaleza y el ánimo antes que  las posesiones. La edad, además, permite cierta indulgencia y nos da la licencia de manifestar   abiertamente nuestras creencias. En este trayecto me he acercado a incontables orillas y tomado sorbos de corrientes diversas, tendencias en apariencia distinta, pero en su esencia iguales. Con ese aval y algunas sospechas sobre la alquimia que impulsa el enorme poder de las fuerzas ocultas que rigen mi destino, no dudo en declararme creyente. Creo en la existencia de Dios y en sus innumerables nombres, creo en una fuerza superior a mi voluntad, que opera en armonía con propósitos secretos establ...

Sorpresa y asombro

A Balteu Por los insospechados giros del Derviche.   Mi nombre es Graham Güell. Mi padre es un ferviente admirador de Graham Green y como una imposición a esa admiración desmedida yo llevo su nombre. Un inusual acontecimiento, como la trama de una novela, que bien pudo haber escrito el fallecido escritor inglés cambió mi vida al cumplir yo los 18 años. Ese día, el verdadero poder de las fuerzas que sostienen  la frágil armonía del universo quiso mostrarme la extraordinaria dimensión de una realidad que ni siquiera sospechaba y que aún hoy la mayoría de los habitantes de la tierra niega, a pesar de las innumerables pruebas que muestran la existencia de un universo habitado y plural. Ese día fui abducido. Recuerdo que eran las 4 de la tarde y caminaba por una vereda sembrada de árboles, un haz de luz se coló entre los árboles y con la inocencia de la ignorancia quise atravesarlo, recuerdo que en ese momento pensé, estoy ante un portal, y justamente, al ser bañado por la luz, fu...

En un instante

En un instante sin registro tu imagen se grabó más allá de la razón en los límites mismos de la locura. Por décadas y centurias, por milenios y eones, sin descanso, guiado por hilos intangibles he seguido tu rastro, tu tránsito sin huella. Finalmente, hoy coinciden nuestros pasos nuevamente, mi búsqueda termina. Ya estoy tranquilo.

Desorden alimenticio

Soy un hombre enfermo. Según parece mi dolencia está asociada a un trastorno de conducta, para mi eran episodios sin trascendencia  relacionados con la gula, con malos hábitos alimenticios, pero cada vez con mayor frecuencia estos episodios me llevan a cometer actos de los cuales me arrepiento posteriormente y me lleno de culpas. Hoy entiendo la gravedad de mi mal y finalmente acepto que mi salud se deteriora rápidamente, ante lo inevitable consiento en visitar un médico. Tengo entendido que esta es una primera cita de evaluación. Camino a cumplir con la cita prevista en el consultorio del Doctor Federico Fernández, pero un súbito ataque de hambre me consume de improviso, necesito comer con urgencia, consulto el reloj y verifico que tengo tiempo suficiente para almorzar. Traspaso las puertas del restaurante y la bulla de la calle se transforma de inmediato en un murmullo de voces que rebota contra las paredes y se convierte en el eco de un rumor constante producido por ...