Las notas del regreso
1
Amparado en mis circunstancias
abandoné la palabra
y su preciosa recompensa.
Caminé en silencio
la ruta de la culpa
-tarea injusta-.
Recorrí paisajes desteñidos
y la página resignada
esperó confiada en mi regreso.
Retomo sin triunfos,
una vez más
-el oficio-.
Con empeño de artesano
pulo el peltre con las manos
y hago justicia a la palabra.
2
Regreso al cuaderno,
al bloc de apuntes,
a mis notas solitarias,
a la palabra franca
que me espera
sin reclamar mi ausencia,
mis constantes olvidos.
Vengo de ese lugar
en donde el mapa
pierde la línea.
Me arropo
en mantas de neblina.
Me envuelven
ventiscas de litio.
Traigo en la mirada
el espejo del agua helada,
el paso de pájaros mudos
por cielos indefensos.
3
Sigo la luz de una hilacha,
una hebra apenas visible
en el rincón de los recuerdos
para encontrar la huella que perdí,
la seña y contraseña
que el olvido no borró
y me permite el regreso.
Vengo a rescatar
del fondo de los ríos
el sonoro canto
de la piedra pulida,
vengo a tejer
con fibra de moriche
la líneas que devuelven
el sentido a la palabra.
4
Crucé la línea occidental
con mis lápices de grafito.
Atravesé fronteras
sin equipaje,
sin visa, sin pasaporte.
Negados los derechos
me expuse al límite
de mi propia ruina
y la rutina
enredo las horas.
Regreso al bloc
con los minutos contados
y con mi letra de pata de hormiga.
Retomo mis notas y garabatos,
mis arrebatos en papeles sueltos.
Reanudo la escritura de urgencia
en mis manoseadas libretas,
en mis cuadernos de emergencia.
5
Regreso.
Una vez más vuelvo
a este viejo vicio
de oficio solitario,
a sujetar con esmero la palabra
a sus múltiples sentidos.
6
La caprichosa inconstancia
me acompaña,
celosa de mi entrega
-me aparta-.
Inventa obligaciones,
susurra dudas,
crea espacios a la indolencia
y me obliga a caminar
entre engaños al olvido.
Me obsesionan las urgencias.
Lo inmediato, lo doméstico
me domina.
La obligación sin brillo
me ata las manos
y cumplo con pereza
el compromiso.
7
Entre afanes
propios y extraños
me traspapelo.
Prisionero de las horas
y compromisos distintos
olvidé la página
y su horizonte de cobre.
-Novia eterna-.
Aguarda mi regreso
en el margen reservado
a los silencios.
Sin encajes,
sin un trazo,
espera paciente
mi regreso a la palabra,
Permanece impasible
y desnuda
ajena al tiempo
y a mis continuos retrasos.
8
Reincido.
Vuelvo a los años de arcilla.
Me repito inútilmente.
9
Largo es el trayecto
del regreso.
El primer paso agotador.
En los costados del camino:
desorientadas jorobas
de antiguos viajeros
observan en silencio.
Los días son ásperos
-de polvo batido-.
Las horas, en cambio,
son de fósforo encendido.
Voy a tu encuentro
de nube,
a tu cielo de pájaro
perdido.
Yo transito
el camino de regreso
acompañado de mi voz,
que se hace humo
y es oscura y es ligera.
Con zapato desordenado
mantengo el equilibrio
en el extremo de la desventaja.
Vieja es la costumbre.
10
Con hilos fugaces
de apariencia luminosa
tejo las redes del regreso.
Soy otro,
es uno distinto
el que vuelve,
lo acompaña la última luz
de un sol que se apaga
y la sombra de la luna eclipsada
en un cielo desconcertado.
La noche del regreso
es redonda como el mundo,
los caminos son estrechos
y en un mar iluminado
te revelas.
11
Regreso del olvido.
Mi rostro es oscuro,
lo deformó el tiempo,
el terror y la violencia.
Regreso a la palabra.
La mantuve oculta
en espesos silencios
para salvarla.
Vuelvo a los signos.
Con mano tímida
trazo mis garabatos
sobre la página en blanco.
Larga es la travesía.
El pasado es apenas
soplo de viento
sobre arenas calcinadas.
Regreso de los márgenes.
Fui por un instante,
atado al recuerdo
de una madrugada
12
Regreso de esa esquina
que corta la vida
abruptamente
y se pierde en el olvido.
Sombras
hurgan en el vacío
posibles salidas.
El momento duele
hasta en los huesos.
13
Regreso a las primeras aguas,
al origen de espuma.
Busco la magia que perdí
para mis blancos conjuros,
el sonido ronco del caracol
para los dolores ajenos,
la áspera humedad del salitre
para mis ojos oscuros,
el silencio de las profundidades
para mi piel marcada por el tiempo,
el tostado de arena
para mis pasos sin sombra,
el horizonte abierto
para una mañana de gloria.
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