A mi padre: él recorrió iluminado los caminos de la palabra. La palabra: magnífico don de referencia, ella encierra el ímpetu de cien gestos y la abstracción como concepto. La palabra: luminoso tránsito de adjetivo y predicado, de sentido y significado. La palabra: voz que nos distingue y cambia nuestro perfil de animal de costumbres, para convertirnos en hombres que rozan los límites de Dios. La palabra: torrente creador, tren expreso cargado de emoción que me permite sostener el hilo, hilvanar destrezas. La palabra: leal, oportuna y siempre fiel, justa y sin condiciones señala, anuncia, advierte. La palabra: es también flecha, lanza envenenada, certero cuchillo, reluciente espada, herida, cicatriz, fractura. La palabra: dispuesta a mil batallas para defenderme no me pertenece, hace mucho cumple una misión, una única y especial tarea, el delicado homenaje de nombrarte, de evocarte, eso hace mi palabra y me basta.