Sorpresa y asombro
A Balteu Por los insospechados giros del Derviche. Mi nombre es Graham Güell. Mi padre es un ferviente admirador de Graham Green y como una imposición a esa admiración desmedida yo llevo su nombre. Un inusual acontecimiento, como la trama de una novela, que bien pudo haber escrito el fallecido escritor inglés cambió mi vida al cumplir yo los 18 años. Ese día, el verdadero poder de las fuerzas que sostienen la frágil armonía del universo quiso mostrarme la extraordinaria dimensión de una realidad que ni siquiera sospechaba y que aún hoy la mayoría de los habitantes de la tierra niega, a pesar de las innumerables pruebas que muestran la existencia de un universo habitado y plural. Ese día fui abducido. Recuerdo que eran las 4 de la tarde y caminaba por una vereda sembrada de árboles, un haz de luz se coló entre los árboles y con la inocencia de la ignorancia quise atravesarlo, recuerdo que en ese momento pensé, estoy ante un portal, y justamente, al ser bañado por la luz, fui transpo