Una vez más III
Eres
todas las mujeres:
la inquebrantable fortaleza
más allá del dolor.
Sus profundas y oscuras soledades.
Su dulzura anterior a la palabra.
Su sensación de vacío
que no llena el hombre
ni el hijo del hombre.
Eres siempre horizonte.
Todos los mares azules, los verdes
las idas y venidas
los si y también los no
las dudas
los abandonos
los regresos
las huidas
El sonoro grito
Eres un cataclismo abriendo la tierra
rompiendo la piedra
quebrando para siempre el grueso silencio,
toda una conmoción
venida de ninguna parte.
Creciendo ansiosa eres las tardes violetas
el abismo de un cielo abierto
combatiendo las sombras.
Soy en cambio un cuerpo a pedazos
disparado contra el tiempo.
Los asombrados puntos suspensivos.
El río y su incesante rumor de piedras
la firme decisión
de viaje inequívoco
a encontrarse con tus mares
Una ventolera girando en todas direcciones
persiguiendo tu rastro.
Metal bruñido para tu tarde violeta.
todas las mujeres:
la inquebrantable fortaleza
más allá del dolor.
Sus profundas y oscuras soledades.
Su dulzura anterior a la palabra.
Su sensación de vacío
que no llena el hombre
ni el hijo del hombre.
Eres siempre horizonte.
Todos los mares azules, los verdes
las idas y venidas
los si y también los no
las dudas
los abandonos
los regresos
las huidas
El sonoro grito
Eres un cataclismo abriendo la tierra
rompiendo la piedra
quebrando para siempre el grueso silencio,
toda una conmoción
venida de ninguna parte.
Creciendo ansiosa eres las tardes violetas
el abismo de un cielo abierto
combatiendo las sombras.
Soy en cambio un cuerpo a pedazos
disparado contra el tiempo.
Los asombrados puntos suspensivos.
El río y su incesante rumor de piedras
la firme decisión
de viaje inequívoco
a encontrarse con tus mares
Una ventolera girando en todas direcciones
persiguiendo tu rastro.
Metal bruñido para tu tarde violeta.
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