Mary de cumpleaños

Hace apenas un rato
cruzaste como torbellino
la línea ecuatorial
del cuarto de siglo.

Te acercas casi con descuido
a la peligrosa frontera
de los treinta años
en donde te acecha
el viejo y paciente tiempo
con su señal inconfundible
de implacable trazo.

Yo deje atrás con paso firme
desde hace mucho
la cincuentena
y hoy te miro
como todos los días
en el espejo bruñido
de los recuerdos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Escape desde las fronteras imposibles del sueño

Un intento por adivinar mañanas

Clinicamente muerto