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11302024

  Me detengo en tus gestos plenos de significados, radiantes de sentidos. Oigo tu voz inigualable señalar, indicar, apuntar revelar, advertir y preguntar. Tus gestos y tu voz habitan en mi mente,  colman todas mis horas y es bastante y suficiente para hacer mi día perfecto.

11262024

  11262024 Mantengo el centro con esfuerzo. Con viejos trucos recurro al círculo, al vacío, al silencio. Sobre todo al silencio y al perdón. Confieso miedo.  Temor a los bordes. En los extremos,  en el borde, los vientos de la locura  y la furia cegadora de la razón, con dientes acerados y su llama vacilante desatan la violencia.  Mantengo el centro todavía. Soy el dueño de mis actos en la paz del silencio, en el círculo.

11242024

  Usurpando tu nombre abrí puertas cerradas y me instalé en la abundancia de salones ajenos. Siempre pronunciando tu nombre, temerario, dueño de las circunstancias caminé decidido a los extremos,  anduve por falsos umbrales  y eran dulces y peligrosos. Con tu nombre en los labios, vestido de miedo y de lino, crucé esquinas prohibidas y avancé con paso desmedido. Triunfé. Fracasé. Equivoqué mis decisiones  persiguiendo ficciones y me salvó tu nombre invocado con fuerza y con fe.

Día de la palabra

  Hoy saco del saco de las palabras uno de tantos  maravillosos vocablos  que acercan a los humanos. Es una palabra única que merece ser reconocida este día de la palabra. Como pocas, no tiene igual, tampoco parecidas, es tan singular entre otras que parece un gancho de ropa erguida entre la tropa. Es sola, como la una, pero no desmaya ante las otras. Con una letra le basta  para llenar las copas. No tiene descanso  entre oraciones, salta de un lado al otro entre intenciones. Es mayúscula su fuerza, de aguda y consonante.  Compone grupos distintos, une amigos con enemigos,  agrega ideas, suma conceptos, aumenta, nunca niega, salva la línea aunque llueva. Puedo seguir considerando a la Y que alienta mi corazón  tanto, o más, que un sí, pero quiero detenerme aquí.

11232024

  Amparado en la transparencia de cristales ocasionales miro esta mañana deslucida y su conocida carga de horas  avanzar tenaz hacia la noche.  La triste mañana  a cielo abierto  y bajo la lluvia, fiel a la costumbre, a las leyes universales, se mantiene inmutable ante el compromiso de conducir el día  y sus afanes  hasta la noche.

11212024

  Sin referencias nos envuelve el  vacío. Sin paso anterior falta la huella. Sin bastón  y sin espalda el presente desconcierta.

11202024

Aguardo obstinado detrás de los espejos, trasciendo imágenes  superpuestas en la memoria y observo sin interés  la prisa que pasa  convertida en humo. Terco, o paciente,  espero encontrar  aquel que fui una vez  y ya no soy,  devorado en  un incendio, un incendio ajeno que no pude sofocar, Pero me empeñé a fondo  hasta el final.