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Grecia I

Tu amor líquido y profundo me navega. Me navega más allá de los mares, del verde y del azul de la ola y de la espuma. Más allá de este viento ajeno y necio que pasa... y pasa... y vuelve a pasar sin sosiego marcando distancias de polvo y lunas y no trae para esta sed de piedra y sal el eco de tu voz el olor de tu sombra.

Acaso

La mañana se cuela entre los impertinentes vacíos que deja el aguacero. Se disparan alertas a llamado general. Salto susto. Vamos a la casa a la cosa o al acaso quizás al acoso. Es imperativo. Vamos cordero al matadero.

Cerca y Lejos 13

La primera vez que vi tus ojos atravesaba la noche íngrima, desolado. El tiempo un viento frío que azotaba mis sueños hasta las lagrimas. Mi vida como la historia cosa perdida. Tu huella sobre el asfalto intacta menuda sonora. Tus labios pronunciaron el nombre que te nombra mirándome desde dos soles de un cielo abierto, mis manos se unieron a las tuyas y el cielo se hizo uno.

Cerca y Lejos 12

Soy tu libertador: el enviado a librarte del encierro, el que tiene llave de puertas y ventanas, quien viene a sacudir tu luto, a desnudar tus gritos, abrir paso a la palabra, hacer añicos los espejos donde se reflejan azules los temores. A demandar por ti integro y colorido el horizonte.

Cerca y Lejos 11

Cuando me dejan tu aliento y tus ojos sin despedirse sin referencias me asfixia la impaciencia en medio de la gente pierdo el nombre olvido mi apellido y me convierto en un grano de arena el paso diminuto huella borrada un momento apenas un instante un suspiro imposible medir en los relojes el viento que pasa silba y no deja ni recuerdos una mala carta de baraja doblada un pensamiento que apenas roza la memoria sin dejar marca.

Cerca y Lejos 10

La distancia es un espacio ajeno imposible recorrer cuando desapareces. Cuando se rompe el hilo el tiempo se hace humo que azota mis ojos. Entonces sólo puedo pensarte hasta dolerme los huesos.

Cerca y Lejos 9

Soñé un mar digo. Soñé un mar repito. Soñé un mar Y no me entiendes.... Recurro a la palabra al sonido articulado y aclaro. Soñé un mar: quizás en la boca se despeñaban piedras de sal, o una brisa sin estrellas me tocaba, tal vez solo busco romper la distancia. Soñé un mar y era el mar de la esperanza juntos caminamos por la orilla, desnudos como corresponde. Amanecía el sol y la luna se miraban sus caras redondas sin tomarnos en cuenta.