Grecia I
Tu amor líquido y profundo me navega. Me navega más allá de los mares, del verde y del azul de la ola y de la espuma. Más allá de este viento ajeno y necio que pasa... y pasa... y vuelve a pasar sin sosiego marcando distancias de polvo y lunas y no trae para esta sed de piedra y sal el eco de tu voz el olor de tu sombra.