Navegamos mares distintos, Claudine. Mares ajenos y también cercanos. Navegamos en umbrales de incertidumbre y allí, somos múltiples. Navegamos mares de nostalgias con límites y barreras de coral. En cada ventarrón en cada tempestad y hasta en la calma, descubrimos con sorpresa, aguas difusas y profundas. Sobre la efímera ola somos compañeros: en su intensidad primera y en su resignación última. En esta travesía de espuma inadvertida navegamos sin brújula por rutas distintas. La bruma acompaña esta complicidad nuestra de honestos timoneles enfrentando dificultades. Tú, Claudine, navegas sobre aguas tranquilas y cristalinas. Yo, sobre aguas turbias y turbulentas. Tú, viajas con vientos amables y velas enardecidas. Yo, en cambio, viajo entre sombras y cuchillos. Tú, navegas con destreza en aguas profundas. Yo, me quedo atascado en bancos de arena. Tú, lo tienes todo al alcance de l...